|
Tomo I
Capítulo Primero
Por Mario Luis Altuzar Suárez
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
La Cuarta Dimensión vive de incautos Merlín detiene su andar rumbo a
Isbur. Llama su atención el tumulto de campesinos angustiados por las
convulsiones que padecía una joven mujer. El mago cancela momentáneamente su
necesidad semanal de abastecimiento de víveres. Su vocación de servicio le ordena
asistir a quien requiere de auxilio. Los agricultores que le conocen le saludan con respeto y abren paso a
su metro setenta de vestimenta negra. Lo consideran un Gran Místico por lo
que nadie quiere cruzar su mirada penetrante enmarcada en el gesto sereno.
Con recogimiento observan cuando el Iniciado se acurruca para analizar de
cerca a la víctima de una severa crisis nerviosa. Por lo menos, eso es lo que
interpretan los presentes. Al mismo tiempo, los angustiados familiares de la convulsa Deyri se
acercan y suplican: “¡Perdónela, Señor! Esta enferma. Padece de locura”. La
negativa del Mago al mover la cabeza y mesarse la barba inquieta más a los
recién llegados lo que motiva otra intervención para aclarar: “¡Sí! El médico
nos dijo que está loca.” Se tranquilizan a observar que la convulsa empieza a disminuir los
espasmos hasta alcanzar una estabilidad relativa. Merlín irrumpe el silencio: “¡Está poseída!” Los testigos retroceden
con el espanto plasmado en los ojos excesivamente abiertos y las bocas resecas.
El miedo se sustenta en el recuerdo. Meses atrás se vivió una posesión que
alteró la cotidianeidad del pueblo hasta que... la incineraron con todo y
casa buscando exorcizar el miedo. A las preguntas del Consejero Real, responden los familiares que: Sufre
delirio y en ocasiones habla en lengua desconocida, tiene sueños espantosos
que le provocan grandes sudaciones, y le atribuyen a la fiebre elevada el que
la mujer describa visiones monstruosas y se azota contra el suelo y las
paredes con horror para caer, finalmente, en extremas convulsiones. “¿Cómo ha sido de carácter en los días recientes?” Es la pregunta
inmediata del mago. Le dicen que normalmente es bueno y apacible, empero, sin
causa aparente se encoleriza y quiere golpear a los que le rodean. Reflexionan:
“¡Ella no era así! Siempre la veíamos hacendosa, dedicada a sus tres pequeños
hijos y al esposo. Preocupada por tener lista la comida caliente y la ropa y
casa limpias. ¡Tan ordenada y trabajadora!” La sapiencia del interrogatorio del Alquimista tranquiliza a los mudos
observadores y profundiza en el diagnóstico: Hay ocasiones en que tarda mucho
en despertar y los ataques muestran un mismo patrón de comportamiento en días
y horarios. Señala el Mago: “¡No está loca! ¡Es atormentada por un espíritu maligno!” Una voz tímida es coreada rápidamente por la fanática multitud
temerosa: “¡Quémenla! ¡Debes apedrearla! ¡Esas brujas se comen a los niños!
¡Mi hermana perdió a su bebé por su culpa! ¡Nos vienen tiempos de desgracia y
desolación!” Retroceden ante la férrea mirada del Consejero Real. Y con un
grito ordena: “¡Detenéos!" Con el báculo en alto en la mano izquierda,
exclama: "¡Insensatos! La pobre mujer no es responsable de sus actos.
¡Estamos a tiempo para salvarla y exaltar la grandeza de Dios nuestro Padre!” Un gemido obliga a los testigos a dar dos pasos atrás. Al ver que la
mujer abre sus hermosos ojos verdes y al momento que suelta el llanto, se
envalentonan y arrojan unos palos. El Consejero del Rey Arturo se les enfrenta
y al levantar su brazo derecho con el dedo índice señalando con firmeza
advierte: “¿Osan desafiar la fuerza de mi poder?” El ambiente silente es la señal para que Merlín deslice su brazo
izquierdo por las corvas femeninas y el derecho por debajo de los hombros. La
carga y se dirige al hogar de la enferma. Los lugareños, insatisfechos y
disgustados pero conscientes de que la ira del poderoso Mago puede
destruirles, le abren paso al tiempo que los familiares de la poseída recogen
las cosas de su protector para seguirle e indicarle una choza. Al abrir la puerta del hogar de la posesa, un fuerte hedor agrede al
olfato y ordena: “¡Deben limpiar esta pocilga!” Los desconcertados familiares
se apresuran a cumplir el mandato. “Traigan un cubo con agua limpia y prendan
el caldero y un fogón en el centro de la casa. Abran las ventanas." Pide otras cosas: "Necesito pétalos de rosas, de eucalipto, ramas
de pirul, una cebolla albarrana, una vela gruesa de color morado”. De todo le proveen. Mezcla en un recipiente los vegetales y los pone a cocción hasta
obtener una pócima concentrada. Parte la cebolla en cuatro pedazos. Invoca a
los poderes celestiales al tiempo que rocía el elíxir por toda la casa. Cada
trozo de cebolla queda en cada uno de los puntos cardinales. Ventanas y
puertas son cruzadas con la pócima. El ambiente recupera su frescura de primavera. Los familiares de Deyri
están a gusto y agradecidos. Invitan a su benefactor espontáneo a departir la
comida. Toma lugar en la mesa y acepta únicamente la sopa. En la sobremesa
inquiere: “¿Desde hace cuanto tiempo se presenta este fenómeno?” La más confiada es la madre: “Desde que era pequeña hablaba con los
espíritus y decía cosas incomprensibles. Un día se convulsionó y entró en un
profundo sopor, pero parecía no ser ella”. El mago explica que un espíritu se
posesionó de su cuerpo, aprovechando su dote de médium, es decir, de servir
de enlace entre la Tercera y Cuarta Dimensión, y por ello la atormenta. Merlín sabe de sus propias limitaciones y admira a las personas que
tienen otros dones divinos que se manifiestan en forma natural. La mujer, es
muy claro, debe recibir auxilio de inmediato. Es cierto que ya había
expulsado las ánimas hediondas del hogar, pero falta el más ruin y fuerte que
se atreve a violentar la Ley Universal del libre albedrío de un hijo de Dios. Paciente, espera la lucidez de la joven para proceder a interrogarla y
escucha que cada vez que se presenta el espíritu maligno, la lastima hasta
agotarla. La mujer desconoce la razón que le impide controlarlo como podía
hacer con las demás entidades que se comunican a través de la transmisión del
pensamiento. A la insistencia del Consejero Real, para precisar la fecha en que se
agudizó el ataque de la entidad, los verdes ojos femeninos se cierran para hacer
un esfuerzo introspectivo. Después de unos momentos sonríe. ¡Está segura que fue ese día! Cuando
su amiga de la infancia llegó con dos desconocidos para consultar el oráculo
de tacto, con la intensión de hablar con su esposo muerto. Lo hizo como de costumbre:
Protegida por una vela blanca, agua, y aromas. “Desde ese día negro, inició
mi sufrimiento.” Merlín se molesta y exclama: “¡Mujer incauta! Abristeis puertas
prohibidas frente a desconocidos y sin la protección debida”. Se calma y
recupera la compostura y extrae de su bolsa varios espejos redondos, los
carga con energía astral al igual que tres velas moradas y tres blancas, el
bálsamo preparado con anterioridad y el sahumerio. Ordena: “Voy a ayudarte. ¡Invoca al espíritu maligno en este momento!” No requiere esperar mucho. Una neblina acompañada de un olor
nauseabundo, corteja el arribo de la presencia. Se niega a responder y se oye
una carcajada ensordecedora. El Iniciado le arroja el bálsamo acompañado de
invocaciones celestiales y escucha al golpeado y renuente espíritu: “¡Es mía!
¿Lo entiendes? Este cuerpo es mío. ¡Me pertenece!” La voz seca y hueca amenaza con poseer también el cuerpo de su
contrincante. Merlín acepta el reto y lo atrae hacia su persona. Cuando está
cerca de él, los familiares que habían sido aleccionados previamente,
encienden las velas que forman la Estrella de David, quedando el Mago y la
entidad en el centro. El exorcista se protege con los espejos que rompe inmediatamente y
rocía con el elíxir todo su entorno. Se abre un círculo en el cielo y se
estremece la habitación con el quejido lastimero de la maligna presencia que
es absorbida por la nebulosa. Los aldeanos en el exterior, se santiguan y rezan con mucho miedo.
Pero la calma se presenta con un sabroso olor a perfume de flores. Reina la
tranquilidad y la armonía. ¡El duelo ha concluido! “Los Hijos de la Luz están
protegidos por el infinito amor del Padre Creador de los Universos. ¡Jamás la
obscuridad vencerá en el reino de Dios!” Es la sentencia el Iniciado. Poned atención, caro lector, a las palabras que Merlín dio a Deyri:
“Mujer, tenga cuidado con los poderes que Dios Padre le entregó. Debéis
aprender a manejarlos, de lo contrario pueden destruirte a ti misma y a tu
familia, ya que al abrir puertas de la Zona Prohibida y dejar en libertad a
presencias del embrujo y el Hades, queda en peligro.” Recuperada del trance, la mujer responde: “Gracias te doy, Maestro.
Pero, ¿cómo te protegisteis? La galesa escucha: “No bastan los conjuros y el
poder de los Hermanos Elementales. Se necesita la Fe interna. Una Fe
inquebrantable en el infinito Poder de Dios, y yo, reconociéndome siempre
como un instrumento de la manifestación del Padre Creador.” IX.- La Liberación de Merlín de la Zona Prohibida I.-Los
Centros de Poder Energéticos Página
de Inicio Su comentario |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
Porque
Usted es digno de la mejor información, por el precio de 10 reciba 12 números
de Arcano. Para su comodidad puede hacer un depósito o transferencia
bancaria a nombre de EDITORIAL LA CASA DE ORIÓN, S. A. DE C. V., en Banca
Serfín en la cuenta número: 09073152858, sucursal 090063 ERMITA o si prefiere
BANAMEX a la cuenta número 00193211688 Sucursal 4739 ERMITA. También puede
comprar en el correo de su localidad un Giro Postal a nombre de EDITORIAL LA
CASA DE ORION, S. A. DE C. V. Confirme su pago vía fax: 85 89 11 51 o por correo a nuestras
oficinas: Lerdo 284 C, Depto. 1212, Unidad Nonoalco Tlatelolco, 06900,
México, D. F. Teléfono: 85 89 11 50 para que podamos incluirle inmediatamente
en nuestra lista de suscriptores. |