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Tomo I
Capítulo Primero
Por Mario Luis Altuzar Suárez
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La
Simiente de la Vida
“El futuro es lo que se cosecha del presente”. Así reflexiona Merlín al acomodar su Corona de Adviento en la mesa del
comedor y observar que la vida no es únicamente el nacimiento, crecimiento y
muerte, sino que en cada ciclo se brinda la oportunidad al ser humano para
rectificar equívocos y errores. De los grandes Maestros Ascendidos, el hombre aprende ha aquilatar el
valor natural de los elementos en sus vibraciones benéficas, cuando usa la
razón y en el fondo de su corazón entiende que lo cotidiano se armoniza con
las Leyes Universales. Entonces, abre su entendimiento y se reconoce como
Hijo de Dios, para sentir que es depositario del legado divino en cada
instante que vive en este plano y en este tiempo. Satisfecho de su mesa, el mago observa rigurosamente las indicaciones
para recibir dignamente al Año Nuevo y en los papiros ocultos se plasma como
principal instrumento, que cada uno revalorice su propio Ser, en el
reconocimiento honesto de lo que se hizo y lo que se dejó de hacer, cuidando
de evitar las justificaciones que encubren nuestra responsabilidad y por
ello, se debe analizar profundamente las causas para romper con esa carga. “¡Somos importantes! Por lo tanto, lo que hicimos en el año, también
fue importante y debe dársele la despedida con honores”, piensa el Iniciado. Hoy es un día importante, 28 de diciembre, en que tenemos otra
oportunidad para liberarnos de las influencias negativas. El Mago riega sal
por toda la orilla de la casa y se dice internamente: “El hogar es el centro
angular de las ilusiones y proyectos." Dicho de otra forma: Allí se
encuentra el punto geométrico de la Fe. Empero, aquí también se acumulan las
frustraciones de los deseos insatisfechos o a causa de las presiones del
entorno”. Por ello es que debe limpiarse la casa con la fuerza del Misterio de
la Sal que recogerá en tres días, las malas vibraciones que afectaron a los
integrantes de la familia, visitantes o huéspedes. Influencias ocultas que al
irse juntando en los 365 días del año, desean tomar carta de naturalización con
su pesimismo, frustración y resentimiento para buscar obstaculizar el futuro
inmediato. No es casual el uso del elemento. En las Escuelas Iniciáticas se le
denomina simiente o semilla. Químicamente se entiende
como el cuerpo que resulta de la substitución de los átomos de hidrógeno de
un ácido por radicales básicos. La de uso común como condimento se extrae del
interior de la tierra aunque existe la de origen marino en cuyas aguas se
encuentran 25 gramos por cada litro. Existe una vaga concepción de la sal en la religión musulmana, en la
etimología de Adamah que literalmente sería el suelo y por extensión aplicada
a la tierra, para entender el concepto Sadama que infiere el origen terreno.
Por ello, el primer Hombre en la faz de la tierra, según la herencia y
tradición recogidas por algunas religiones, le dan el nombre de Adán que
recibió el Soplo Divino, es decir, que recibió el Alma que lo anima. Un principio que el Rey Salomón simbolizó en la columna del Norte con
la idea de “la Fuerza de Dios en mí” y algunas Escuelas Iniciáticas aceptan
como el Genius, entendido como el Ser sobrenatural con poderes mágicos y que
podría resumirse en el fuego central de la naturaleza. La sal, llamada simbólicamente como Arena Blanca, acude entonces, al
auxilio armonizador del hogar cuando está regada alrededor de la casa. En la primera hora, después de que salga el sol el 31 de diciembre, se
barre y se mezcla con agua para lavar los pisos de los aposentos, pensando
con Fe en que se llevará y por lo tanto se acabará la mala influencia o
hechos negativos y anule la envidia. Posteriormente, se abren las ventanas y las puertas en donde se
instalarán recipientes para quemar inciensos de gardenias y vainilla. Debe
recordarse que el aire y el fuego purifican y atraen la buena fortuna. Al
encender los incensarios se invoca a la "Amada Presencia de Dios en
mi" y se confirma la fuerza de la voluntad interna para cambiar y
mejorar en nuestro pensamiento, palabra y obra. Debe cuidarse el evitar neutralizar el poder de los elementos para la
expulsión de las presencias, entidades o vibraciones obscuras, si se llega a
quemar el incienso en el centro de la casa, ya que allí, se concentrarían y
reafirmarían las influencias con sus efectos negativos para la familia. Es el último día del año y hay alegría en la familia. Cada uno de sus
miembros debe preparar una bolsita de terciopelo rojo y por la tarde, se
dispone en el lado izquierdo de la puerta principal, una cubeta con agua y un
espejo en su fondo. Exactamente en el límite de acceso, se colocan tres
monedas de cobre en el piso. Las monedas deben consagrarse mediante una oración de La Gran
Hermandad Universal. Minutos antes de la hora cero del Año Nuevo, todos los miembros de la
familia y sus invitados deben salir
de la casa. A la primera campada del reloj, empiezan a desfilar sacudiendo su
cuerpo frente a la cubeta con agua, pisar las tres monedas para atraer el
dinero al hogar en el futuro inmediato. Sin detenerse, empiezan a comer las uvas y piden tres deseos con la
Fuerza de la Fe. Son tres deseos únicamente, porque se invoca el favor o la
gracia de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Ocupan un lugar
alrededor de la mesa y llena su bolsita roja con las semillas de trigo,
arroz, lentejas, frijol, sal, azúcar, canela, vainilla y mostaza de la Corona
de Adviento. Incluyen la moneda de cobre y el cuarzo rosa. Se ata bien el costalito rojo y se acomoda del lado del corazón
cuidando que siempre haga contacto con la piel. Permanecen de pie y esperan
que el Jefe de Familia pida tomarse de las manos para cerrar el círculo con
el pensamiento en Dios y recitar tres veces La Oración Universal de Adviento,
protegidos por la luz de las cuatro velas. Cada uno de los miembros de la familia, con honestidad y transparencia,
pedirá perdón a todos y cada uno de los presentes, por la desarmonía que pudo
haber causado en el hogar, por su comportamiento en el año. Reconocer los
defectos y corajes o resentimientos causados, con el firme compromiso de
corregir y cambiar, es la gracia del Perdón. Liberados los corazones, ¡llegó la hora de compartir el pan y la sal! Con los primeros rayos del sol del día primero de enero, se guarda el
costalito rojo en el guardarropa. Salen a la puerta y rompen el espejo dentro
del recipiente con agua. Debe entenderse que el espejo abre una puerta
dimensional por donde emigran todas las malas vibraciones e influencias
negativas que recogió el líquido por la noche. Debe tenerse cuidado de no romper el espejo fuera del agua, por sus
resultados contrarios a los esperados. Así, se cierra un ciclo de vida. Se extrae la experiencia del pasado,
con la conciencia de rectificar los errores sin cargarlos al presente, en
donde se empieza a sembrar la cosecha del futuro. El secreto de Merlín es el
reencuentro del hombre con el Origen de los Tiempos y su confirmación de ser
Hijo del Creador de los Universos. II.-
Los Misterios de Isis
IV.- La Regeneración Electromagnética Página
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