Tomo I

Capítulo Primero

Por Mario Luis Altuzar Suárez

Capítulo Primero

I.- El Mandala de Saturno

II.- Los Misterios de Isis

III.- La Simiente de la Vida

IV.- La Regeneración Electromagnética

V.- El Poderoso Enemigo Oculto

VI.- Hermes, el Oro del Interior Humano

VII.- Despertar del Espíritu

VIII.- Riesgos Elevados de la Zona Prohibida

IX.- La Liberación de Merlín de la Zona Prohibida

X.- La Cuarta Dimensión Vive de Incautos

Capítulo Segundo

I.- Los Centros de Poder Energéticos del Hombre

II.- La Iniciación Esenia de Hebert

III.- El Misterio del Principio de los Tiempos

IV.- El Fuego Eterno y su Poder de Vida

V.- ¿Quiénes son los Elegidos de Dios?

VI.- La Revelación del Poder del Origen

VII.- El Yo Interno y su Potencial Oculto

VIII.- El Poder de Vida de la Tierra

IX.- Los Elementales y su Poder de Vida

X.- Los Misterios de la Fuerza Espiritual

XI.- Jesús, el Primogénito

XII.- La Violación a la Potestad del Pensamiento

Capítulo Tercero

I.- El Desarrollo de la Consciencia Primaria

II.- Reconfigurar la Consciencia Primaria

III.- Despertar de los Centros de Poder

IV.- La Ambición de Poder Somete al Hombre

V.- El Karma, Enfermedad del Alma

VI.- La Sanación por Imposición de Manos

VII.- La Gran Hermandad Universal

VIII.- La Manifestación de la Fuerza Divina

IX.- Los Encuentros del Destino

X.- Hebert Recibe el Tesoro de los Iniciados

XI.- Los Sueños, Frontera Dimensional

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Hermes, el oro del interior humano

 

Merlín atendía comprensivo a un noble empobrecido que exigía el secreto de la transmutación de los metales, ya que había escuchado que tenía conocimiento de la herencia recibida del dios egipcio Hermes Trimegisto, para dominar el arte de hacer oro sacándolo de toda clase de materiales.

Con tolerancia, el Mago negó con prudencia que Hermes fuese un Dios, ya que su mismo nombre significa “Intérprete” y en algunos casos “Mensajero” de Dios, considerado Tres Veces Grande por su estatura como por su conocimiento legado a los humanos en más de treinta mil libros que se le atribuyen sobre la Ciencia Sagrada.

La hipérbole de su Enseñanza tenía, empero, su razón de ser en conducir al descubrimiento del hombre como principio de toda acción. Dentro de uno mismo se encuentra el punto de origen de donde parte una energía para provocar el movimiento. Al encontrarlo se transmuta el individuo en el oro de su propia vida.

“Mire, decía el Consejero del Rey Arturo a su interlocutor, todo lo que existe a su alrededor se mueve, cuando se encuentra estático es porque la energía interna se encuentra en estado potencial porque no ha alcanzado la fuerza que le impulse a la acción.”

Con el poder de la observación adquirido en las montañas británicas, sabía Merlín que a primera vista, hay elementos que parecieran inertes, empero, aun la energía potencial está en constante movimiento aunque no sea perceptible para los ojos normales, más no así para los Grandes Maestros Iniciados.

De este principio, partió el Maestro Hermes para legar su enseñanza musical, aritmética, medicinal, astronómica y la orfebrería. Es la base de las artes y de las ciencias actuales que cumplen la profecía hermética: “¡Oh, Egipto, Egipto! Un día vendrá en que en tu Enseñanza no quedará más que fábulas.”

Sin embargo, llegará el día en que el hombre diga: “Yo soy el que es, el que ha sido y el que será. ¡Oh Dios! ¡Con qué gozo vengo a ti!" Y los Augustos Misterios de la Naturaleza trasciendan de las Escuelas Iniciáticas llamadas también esotéricas, para ofrecer el principio de la revalorización humana en la Ley de la Causa y Efecto.

Hay razón. Para llegar a una meta u objetivo, descubrieron los Grandes Maestros Iniciados que se requiere del Principio de la Causa por la cual se desea y, lograr el Efecto requiere del impulso que no es otra cosa que la fuerza de la Fe con la cual se aplica el interior del ser humano para manifestarse en el entorno.

Por ejemplo: El amor es impulsado por la fuerza de la correspondencia que existe hacia la persona, el efecto que se obtiene puede observarse en la satisfacción del amor mismo y cuando el amor no es correspondido, el efecto puede ser la desilusión y hasta el dolor. En algunas ocasiones, el amor obsesivo lleva al odio y la venganza que son destructivos.

Se toma el amor como Principio de la Ley de Causa y Efecto porque es el sentimiento que se experimenta con mayor intensidad en el ser humano y es el que da la sensibilidad a la necesidad de buscar compañía en un amigo, la pareja, los padres o los hijos. Desde el principio de los tiempos, su aplicación es general.

Parecería, en algunos casos, que el amor como energía está inerte. Es como si las emociones, en donde se guarda la alegría o el dolor, la paz o la guerra, estuviese sin movimiento. Es una apreciación aparente, porque está en forma potencial en espera de que llegue el impulso que provoque su proyección al exterior de la persona.

Merlín advertía sobre el riesgo de las Emociones Obsesivas, por más buenas que parezcan, ya que representan un efecto dañino. Explicaba que se acumulan una energía potencial que genera resentimiento y provoca amargura que alimenta a la envidia y a la apatía degenerando en la insatisfacción interna con su tendencia a la angustia irritable.

A esta manifestación de los sentimientos se le llama “karmático”. Universalmente se acepta que el Karma es la sujeción al encadenamiento del ser humano a las causas o, mejor dicho, es el Principio en que se genera el resentimiento o la frustración por el mismo dolor interno y por el desconocimiento para manejar las emociones propias del individuo.

Si el karma es producto de nuestro interior, se infiere entonces, que no son para resignarse a cargarlos como un castigo autoimpuesto o divino, sino para romperlos con la reflexión profunda y provocar el reencuentro del Yo interno, dotado desde la Creación con el Poder Divino del perdón para consigo mismo y para con los demás.

Los Grandes Maestros Iniciados explicaban que si una persona es rencorosa o resentida, es difícil que encuentre alegría en su medio ambiente. Sufrir el rechazo o la marginación, es el efecto de la causa karmática del ser humano. Para aligerar su propia vida, debe liberarse sin buscar culpables en quienes descargar el resentimiento y, en cambio, responsabilizarse y comprometerse firmemente al cambio.

Existen otros tipos de karmas: Los acumulados en vidas anteriores y que se manifiestan en el presente en donde tenemos la obligación de superarlos. Existen también los karmas provocados por las fuerzas ocultas, por deseos de venganza o mala voluntad que se tuvo en otras vidas hacia las demás personas y que por Ley Universal, simplemente se revierten.

Debe reconocerse que la sed de venganza es insaciable y encamina a los actos negativos, provocando la maldad por conjuros malignos, sin medir las consecuencias del mismo daño que se envía a la persona que se ataca. Un mal que se impuso al hombre es la ignorancia de su Poder del Origen, llamado por deformaciones dogmáticas o culturales y atribuido como un Poder Divino. Se trata de un karma que va más allá de los límites del dolor porque lo limita en su reconocimiento de ser Hijo de Dios.

El reencuentro con el Principio no es tan difícil como se piensa, ni tampoco es propiedad de algunos cuantos Elegidos. Cada uno de los seres humanos es un Hermes en potencia. Con la capacidad de observación en el agua, punto de partida del Mandala de Isis y su Poder de Creación aquí, en la tierra con más de las tres cuartas partes de su superficie con el líquido vital.

Según el Origen de las Especies de Charles Darwin, es en el mar en donde se originó la vida. Y el humano puede sobrevivir sin comer un tiempo, siempre y cuando tome agua, parte de su esencia orgánica. Al desconocer el Hombre ese principio se conduce en forma mecánica y con profunda irresponsabilidad contamina los ríos y mares, y además, la desperdicia por la inmensa soberbia de sentirse su dueño.

Es un deber, entonces, reconocer los grandes beneficios que nos otorga el agua y en sincera y honda reflexión, con un vaso con agua entre nuestras manos, lo acercamos al pecho, cerramos los ojos y abriendo el corazón, le pedimos perdón al Creador de los Universos por el perjuicio inconsciente o consciente que le hacemos a un Elemento, parte de su obra. Valoramos así, el servicio del agua y confirmamos nuestra disposición de buscar la armonía interna con el Padre Eterno.

Es un ejercicio mental en donde la forma de pensamiento dimensiona la importancia del Elemento, y también se le pide perdón, como Hermano nuestro que es, ya que somos creaciones del mismo Padre Universal. Valoramos las bendiciones recibidas y nos dirigimos al perdón cuando abrimos el corazón a esa Verdad razonable.

Posteriormente, ingerimos el agua y sentiremos en el cuerpo una sensación distinta porque empieza el efecto de la armonía en el interior.

Recordemos que los antiguos egipcios al Iniciar a un adepto que metía las manos a una piscina llena de agua del Nilo mezclada con sal, cebada y laurel y al tiempo que se le rociaba la cabeza, se le decía:

"Ojalá pueda esta agua, símbolo de la pureza, borrar todos los que pueden haber manchado tu carne devolviéndote tu candor y tu inocencia primitiva, y purificar tu cuerpo así como la virtud debe purificar tu alma".

 

 

V.- El Poderoso Enemigo Oculto                                        VII.-Despertar del Espíritu

 

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