Del Archivo
de Merlín
Por Mario Luis ALTUZAR SUAREZ
* El bosque: Fuente de vida y salud en el control del cuerpo.* Los seres invisibles que habitan el bosque.
Antes de que aparezca el primer rayo del sol, por un sendero de los Montes Cámbricos se observa a Irvin acompañado de los nuevos adeptos de la Hermandad. Los conduce a un claro del bosque en silencio y les ha indicado que se concentren en sus cinco sentidos para poder percibir la vida y a los habitantes del bosque, esos anfitriones invisibles que viven entre los árboles.
Marcia, una joven mujer responde a la inquietud de su curiosidad y le es difícil mantenerse en silencio. Murmura a su compañero de al lado: "¡Esto es emocionante! ¿Te imaginas que se aparezca uno de esos habitantes? ¿Cómo serán? ¿Tú has sentido a estos seres? Pero siento un poco de temor, porque a nadie nos gusta que nos molesten. ¿No lo piensas así?"
Con un gesto de nerviosismo, más por cumplir la orden de su Maestro de guardar silencio que por las preguntas inquietantes, Adrián susurra: "No, Marcia, no sabía de su existencia. Pero antes de salir, John me platico de ellos. Me comentó que hay unos que gustan de esconder las cosas, otros que guardan tesoros y unos malos que se roban a los niños. Pero pienso preguntarle al Maestro, ahora déjame concentrar y prosigue en silencio."
Irvin alza el brazo derecho para detener la peregrinación y expresa: "Hermanos descalcen sus pies para sentir la frescura de la tierra y dejen que fluya su fuerza. Recuerden que somos tierra y así, identifíquense con ella". Los adeptos cumplen la instrucción y se colocan en círculo para iniciar los trabajos.
Al sentir las hiervas y la tierra húmedas y frías, Marcia emite un sonido de desagrado por lo que el Maestro les pide a todos que no se distraigan y añade: "Pisen con firmeza sin temor para que el contacto sea grato. Si lo hacen lentamente, la sensibilidad es diferente y puede ser desagradable. Respiren profundo para que fortalezcan sus campos de energía y eleven lentamente sus manos para que toquen el aura del bosque."
Les da tiempo para que se ubiquen y señala: "Hace algo de frío, pero nosotros tenemos el poder de controlar la temperatura del cuerpo y evitar que nos afecte." Algunos hermanos se miran con desconcierto porque esa parte de la Enseñanza la desconoce, pero recuerdan que no deben de limitarse y se concentran nuevamente listos para seguir las indicaciones de su Maestro.
El Guía comprende que aún no tienen el control de sus cuerpos, así que los induce: "Cierren sus ojos y respiren profundo, recuerden que la respiración es para nosotros un conductor a la armonía y en este momento deseamos armonizarnos con el frío. Sientan el frío, no lo inhiban, buscando generar calor porque es desgaste de energía".
Añade: "Con cada respiración acepten que es agradable sentir el frío y que lo reciben con amor. Al generar aceptación en su cuerpo del medio ambiente también recibirá con agrado el frío sin rechazarlo. Ustedes tienen el poder de gobernar al organismo por medio de la mente. Ahora, den las instrucciones a su cuerpo en forma positiva".
Les dice que repitan con él y en forma rítmica empieza a orar: "Yo soy hijo de Dios y con la Potestad que me ha dado desde el Principio de los Tiempos, puedo estar con mi cuerpo frío y estar en armonía. Yo me sostengo en el frío, y actúo en perfección. Yo tengo el poder de convivir en el frío." Hace que lo repitan una y otra vez hasta que lo aceptan, el Maestro puede percibir como se relajan y el frío deja de dominarlos.
Irvin toma la decisión de entrar en trabajos aprovechando que están relajados: "Ahora visualicen el bosque, sus frondosos y robustos arboles verdes llenos de vida, son nuestros hermanos. Véanlos con detenimiento y reconozcan que en su interior tienen sus venas llenas de vida, mantengan firme la imagen y observen su fuerza, respiren profundo para que la sientan."
Deja transcurrir un tiempo y continúa guiándolos: "Colóquense frente a ellos, véanse enfrente de ellos." Vuelve a darles tiempo y prosigue: "Ellos pueden darnos fuerza, podemos tomar de su fuerza sin que nos dañen, así que entren en ellos. Si sienten presión respiren despacio para que se integren a ellos, no tengan miedo- señala- están adentro del árbol."
Les da tiempos para que los jóvenes principiantes sigan sus indicaciones: "Para que en este ejercicio todo sea con armonía debemos estar en hermandad con el árbol, así que visualizamos su corazón y hacemos una reconciliación, en donde van a pedirle perdón por el daño que han llegado a ocasionarle a los árboles, a la naturaleza, recuerden cuantas veces los han maltratado y reconozcan su falta de respeto y de amor."
Irvin también hace una reconciliación en su interior, para estar unificado con el grupo y poder percibirlos a todos, cuando terminan de reconciliar, continúa: "Ahora pidamos que comparta su fuerza con nosotros, que no llene de su poder de vida y para absorverla respiren lentamente. Deben dejar que la energía del árbol fluya por su cuerpo."
Él también hace el ejercicio y siente ánimo y gozo. Experimenta en su cuerpo como corre la energía del árbol que generoso se comparte con él, haciendo que se sienta fuerte y aprovecha para pedir sanación ya que últimamente se ha sentido cansado y su respiración ha sido dificultosa. Considera que de ellos se recibe el aire que respira y mentaliza:
"Al recibir tu energía, llega a mis pulmones para fortalecerlos y sanarlos, yo soy en mi; sanación y mi hermano árbol es en mi; sanación. Yo soy quien manda en mi cuerpo y dirijo la energía al bienestar de mi ser." Siente como su respiración mejora y disfruta junto con los hermanos del ejercicio.
Cuando considera que todos han llegado a enegizar les indica: "Ahora demos gracias a nuestro hermano que nos a compartido de su poder. Salgan del árbol. Véanse salir de él y regresen a ustedes como si se jalaran con la respiración para que se desprendan por completo. Eleven sus manos y estírenlas con firmeza. Aprieten sus puños, respiren profundamente y avienten abriendo sus manos."
En conjunto con ellos hace los movimientos y continúa: "Giren su cabeza tres veces a un lado y tres veces al otro lado y abran sus ojos. Disfruten. Sientan el gozo de la vida. Estiren su cuerpopara que sientan el cambio". Y les pregunta: "¿cómo se sienten?" Todos responden con amplias sonrisas: "Bien, Maestro." Se escucha una voz que comenta: "Fue única la experiencia, muy agradable sentirse árbol".
Adrián pide la palabra: "Hubo un momento en donde sentí que me ramificaba con él. ¡Me sentí grande! En mis pies percibí como si me jalaran al subsuelo, Maestro ¡Es grandioso como se puede sentir la vida de otros seres vivientes! Ahora creo que cuidaré mucho como los trate."
Irvin les explica: " El sentir en los pies que lo jalaran, es normal. Debe de recordar que están las raíces adentro de la tierra y al integrarse a él, percibió todo su ser. Logró un buen trabajo." Se nota que todos lo lograron, ya que en sus rostros hay gestos de satisfacción y les invita a acomodarse en el pasto como mejor se sientan. Para saborear la experiencia y compartir sus vivencias.
"Díganme hermanos, ¿desean compartir su experiencia o hacer alguna pregunta al respecto? Solo levanten la mano." Marcia solicita la palabra: "¿Cómo es que no nos molestaron los habitantes bosque, si en cierta forma entramos a sus casas?"
El Guía le responde: " No tenían por que molestarnos, venimos en paz y en fraternidad a compartir con el árbol y no a invadirlo. Todo está en la intensión del ejercicio. Y recuerde que lo hicimos con absoluto respeto y profundo amor, al identificarnos como sus hermanos."
La joven muestra cierta insatisfacción y agrega: "Yo esperaba ver a alguno de esos seres que viven aquí en el bosque, o que en el árbol que escogí hubiera algún ser de esos ocupándolo. ¡Quería conocerlos! Tanto me han hablado de esos seres invisibles que trabajan arduamente. Creo que les llaman gnomos"
El Maestro le mira con ternura y comprensivo responde: "Bueno, pues ya vio que no es tan simple el toparse con ellos. Además para encontrarlos hay que estar preparado. Debe entender que el que ellos los perciban no significa que por eso se vayan a presentar. Cuando hacemos la reconciliación habrimos los caminos de luz de vida del árbol y nos protege."
Irvin busca ser más claro: "Si existe algún otro ser habitándolo y que no esta vibrando en la armonía con la que nosotros nos integramos a él, provoca que el árbol se cierre de campos inferiores y nos cobija reconociéndonos en el amor. Es el poder del amor, de ahí que los árboles sean símbolo de protección, por la fuerza de la energía que liberan y debe de recordar que para nosotros también son alimento."
Adrián levanta la mano para preguntar: ¿Cómo son los seres que habitan el bosque? ¿Son amistosos?"
Irvin piensa antes de responder: "Existen diferentes seres que habitan el bosque. Están los gnomos, los duendes, los cheniques, los druidas, los drwonquis drowlis, los jordas, las hadas."
Para que entiendan más sobre ellos, explica: "Por ejemplo los duendes son pequeñitos, juguetones y muy sociables, en su mayoría son buenos y gustan de otorgar la suerte a quienes ellos escojan, y cuando desean regalan monedas de oro. Es por eso que muchas personas los buscan con avaricia, pero no siempre tienen éxito y se llevan sorpresas desagradables."
Continúa: "Los gnomos son algo más grandes y son enojones. Pueden llegar a tener el tamaño de un niño de cuatro años,. A ellos si se les molesta y son vengativos, sobre todo con aquellas personas en que descubren que tienen malas intensiones o que únicamente buscan un beneficio personal. ¡Eso les irrita mucho! Que los busquen para dañar a otros, entonces engañan a las personas haciéndoles creer que son amigos y hacen lo que les piden pero después, se cobran haciendo daño a los mismos que les llamaron. Así se liberan del mal que los haría karmar ."
John pregunta al respecto: "Pero al hacer doble daño ¿no estarían multiplicando su karma? Además porque si saben que pueden karmar cumplen la petición."
Irvin le explica: "El poder de gobierno en ellos mismos, no es tan fuerte y son fácilmente sometidos por invocaciones. Pero al cumplir el pedimento se liberan esa es una condición y se vengan regresando la maldad."
Les sigue explicando: " Las hadas por ejemplo son seres muy bellos por la luz que destellan y son protectores, guían a las personas que se pierden en el bosque. ¿Gustan de hacer el bien! Existen de diferentes tamaños, y algunas son más grandes que nosotros. Algunas tienen alas que ganan por sus obras y les van dando poder. Para comunicarse con ellas hay que estar en armonía y con Dios. Son seres de luz y de amor; les agradan los niños y fácilmente se presentan con ellos."
Sobre los jordas, dice que "son seres parecidos a los gatos, pero son malos y les gusta posesionarse de las almas débiles y malignas. Se alimentan del mal y buscan siempre perder a las personas en el bosque apareciéndose como niños pero son muy peligrosos. Para alejarlos y protegerse, la única fórmula es la oración y confirmarse como hijo de Dios."
Los que también son malos por naturaleza son los Druidas. Apunta: "Sus cuerpos se parecen a las ratas. Estos son fuertes y existen personas que les adoran como si fuesen dioses, porque les conceden sus maldades y los protegen más, no deben olvidar que también les cobran con vidas y para ello llegan a llevarse a sus familiares por los favores que piden antes de cumplirles la petición y, una vez que los invocan no dejan en paz a la persona hasta que se la llevan. Requiere de mucha oración y liberaciones por magos más fuertes que él druida para deshacerse del mal".
Los cheniques son parecidos a los duendes y la base de su organización es familiar. Son tranquilos y no se meten con nadie aunque los invoquen no hacen caso. Viven en su mundo y trabajan en él con armonía. Es raro saber que alguien tenga comunicación con ellos y por eso que se les conoce muy poco y es escasa la información que existe sobre ellos.
Irvin señala que los Drwonquis Drowlis "son pequeños hombrecillos que viven en el bosque cuidándolo y tampoco se acercan a las personas por que son temerosos y su único poder es estar siempre alegres. Estos son los seres que habitan en el bosque."
Ha pasado el tiempo sin que lo sientan la platica fue muy grata y es hora de regresar a casa para continuar con los deberes del día, ya que un digno caminante del sendero de la luz tiene consciencia de que todo instante de su vida es importante en el servicio que aceptó por libre y espontánea voluntad en el Principio de los Tiempos.
Al llegar al Templo, Merlín les recibe y les conduce al comedor para compartir los sagrados alimentos en donde compartirán las experiencias de los nuevos adeptos y su nivel de comprensión sobre la obra del Padre Creador que otorgó vida en todas y cada una de la especies vivientes, aquí, en la tierra.
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