Del Archivo
de Merlín
Por Mario Luis ALTUZAR SUAREZ
* Mente, Corazón, Consciencia* La Mente tiene un cuerpo
E
n el castillo de Avalón, con la ausencia del Rey Arturo, los acontecimientos no son agradables por la agresividad de los nuevos nobles. Con el nacimiento de la iglesia en el territorio de Gales, se han originado disputas territoriales, ya que han despojado a los aldeanos de sus terrenos para apropiarse de ellos. Son extranjeros, acogidos bien por la iglesia y fieles al Papa romano.La crueldad por el desalojo, ha provocado pobreza y hambre en el pueblo y ahora les cobran también tributo para poder vivir en la aldea. "¿Cómo pudo pasar esto?", comenta un aldeano en una reunión que sostienen varios nativos ocultos en un establo.
Otro expresa: "Es que embrujaron a nuestro Rey con su dios, es por ello que lo mandaron lejos para así aprovecharse en su ausencia y tomar nuestras tierras. ¿De qué otra manera lo hubieran logrado?"
Se suma una voz: "¡Sí! Es cierto. Esto no era así, antes de que estos llegaran. Nuestro Rey era un Rey justo, noble y bondadoso y nunca nos hubiera quitado nuestras tierras, ¡las hubiera defendido! Ahora, yo vivo en la comuna y tengo que ir a trabajar a donde fueron mis tierras y aceptar lo que me paguen, so pretexto de que me descuentan un tributo con eso de que me están ayudando. ¡Cuando eran mis tierras! Y si no asistimos a sus reuniones y adoramos a su dios, no nos dan el trabajo. ¡Nos obligan a trabajar por un mendrugo de pan!"
Con voz ronca señala: "¡Debemos de hacer algo!" Otros preguntan: "¿Pero, qué podemos hacer? Nosotros somos hombre de labor y no de guerra." Sugiere la primera voz: "Pedir ayuda", le interrumpen: "¿Pero a quién?" Y menciona: "A Merlín. El es un Mago poderoso. A el podemos pedirle ayuda".
Razona: "Si él estuviese aquí, hubiese protegido a nuestro Rey y esto no hubiese pasado. Debemos de formar una comitiva para ir a buscarlo". Surge la duda en los hombres rudos: "¿Adónde? Todos lo que han intentado buscarle se han perdido en el bosque". Insiste el sugerente: "Debemos de arriesgarnos!"
Los hombres en forma voluntaria se agrupan para ir en la búsqueda de Merlín. Y es así como parten ese mismo día, por la tarde.
Un noble le pregunta a uno de los aldeanos: "¡Hey, tú! ¿Adónde van esos hombres? No tienen permitido irse sin pedir autorización." El interpelado le contesta temeroso: "No mi Lord. Van a la laguna a pescar para ver si tienen suerte y traen algo de alimento a sus familias." El noble voltea dudoso y comenta: "¡Lo único que quieren es holgazanear en lugar de trabajar! ¡Ya los veré al regreso!"
Hace a un lado al aldeano en forma desdeñosa para abrirse camino y continuar hacia su destino: El Castillo de Avalón.
Es la hora de la cena y todo está dispuesto: Las mesas largas con suficiente comida para todos. Con la ausencia del Rey Arturo se quedó al mando su sobrino, hijo de un primo lejano, ya que el Monarca no tenía hermanos o familiares cercanos en quien confiara el reino de acuerdo a las jerarquías correspondientes y por Ley, le correspondía a este joven inmaduro y ambicioso.
Los festejos se convirtieron en todos los días y el derroche es desorbitante. Se había perdido ya toda la tranquilidad y solo quedaba el recuerdo en los Caballeros de la Mesa Redonda que no acompañaron a su Majestad en su cruzada y tenían que acatar la situación como lo ordenaban las leyes de la monarquía.
Esto obliga a la Corte a cubrir nuevos impuestos para atender todos estos gastos de tal manera que la iglesia y el suplente del Rey sangraban al pueblo y lo sumergían en la miseria. Es una época en donde los campos de Avalón se observan sombríos, los cantos de las mujeres ya no se escuchan.
Solo se mira la pobreza extrema y la naturaleza parece contagiarse también del ambiente que se suscita: Frío y sombrío.
Los hombres que van en busca de Merlín, no tienen la menor idea de adónde dirigir sus pasos. Lo único que hacen, es confiarse al dios del Mago, para que se escuchen sus voces y salgan a su encuentro.
En esos momentos, Merlín se encuentra trabajando con los hermanos en el desarrollo de las Potestades. El Iniciado comenta: "Queridos hermanos, como ustedes ya saben, tienen facultades más allá de las normales. No son como los seres humanos comunes. Son diferentes: Pueden tener una mejor visión del entorno, gracias a las Potestades."
Prosigue: "La facultad es la capacidad del ser humano para manifestarse en una forma inteligente y en Consciencia al Conocimiento. Entonces, se convierte en Potestad porque se utiliza con Consciencia. No es lo mismo el tener Facultad que Potestad. ¡Todos los seres humanos tienen facultades en menor o mayor grado, según su maduración y su edad!"
Explica que "una de las facultades más importantes, podríamos decir que es la de Poder Elegir. Esta se convierte en Potestad cuando se hace con el Conocimiento del Principio de la Causa, o sea, el Poder de la Libertad de Elección."
Menciona que se "les conocen como Poderes a aquellos que son más allá de la normalidad del hombre. Todos podemos ver, por ejemplo, pero hay quienes pueden ver entre las dimensiones o a través de un vehículo. La facultad de ver se convierte en el Poder de Ver. ¡En un Poder!"
Hoy, Merlín explica en una forma muy detallada porque desea que quede muy clara la diferencia que existe entre un término y el otro: "Ustedes tienen facultades que se encuentran más allá de lo normal, como ya lo han sabido anteriormente. ¿En que momento se convierte en Potestad? Cuando se tiene el gobierno por estado de Consciencia y se vuelve Poder."
Indica: "Hoy haremos un ejercicio sencillo para que vibren y conozcan el gobierno que tienen sobre sí mismos."
Los adeptos están sentados en sillas pequeñas, de tal manera que sus píes tocan perfectamente el piso y esto facilita a que la espalda pueda recargarse en forma recta y con firmeza. Merlín continúa: "Cerrando los ojos, respiramos tres veces y ubicamos nuestro cerebro." Un adepto expresa con entusiasmo: "¡Está en la cabeza!"
El Iniciado señala: "¿Pero, en la cabeza estará la Mente? ¡No, mis queridos hermanos! No está en la cabeza. Y hoy vamos a descubrir esa Potestad de la Mente. Ubiquen su cerebro. Inhalando profundo y exhalando suavemente. Respiramos por segunda vez, pero ahora, ubicando al corazón que se encuentra en el torax."
Pregunta: "¿Ahí estará la Mente?" Responde: "¡No, mis queridos hermanos, ahí no está la Mente! Respiremos por segunda vez y ubiquemos los dos puntos al mismo tiempo y tenemos que no es fácil. Bien, ahora, no se preocupen."
Apunta: "Ya ubicado el cerebro, vamos a inhalar con lentitud iluminando el cerebro y deben de poder sentirlo. Al exhalar, el cerebro lo van a recorrer de la frente hacia atrás de la cabeza. Ahí no termina. Respiramos nuevamente para dejar que nos vaya guiando la Iluminación por sí misma, sin tener que imaginarlo. ¡Debemos de vivirlo!"
Expresa que esa iluminación "debe recorrerse por la columna vertebral. Va bajando. Pero pasa algo extraordinario mis queridos hermanos. ¡Se ramifica en pequeños hilos hacia todo el cuerpo! Vamos respirando e iluminando lentamente hasta donde nos lleve la misma iluminación. Nos daremos cuenta que al llegar al coxis sigue prolongándose los hilos blancos, gruesos o delgados. ¡Son muchos hilos! Hasta llegar a la punta de los píes".
Hace una ligera pausa y menciona: "Sentiremos que el campo magnético es ligeramente pesado y se ha iluminado más allá del cuerpo. ¡Es la energía que se libera a nuestro huevo astral y que conocemos como aura!"
Merlín señala: "Ahora, ubicamos al corazón nuevamente y hacemos uso del oído al respirar hasta escuchar los latidos de nuestro corazón y vamos a ir iluminando. ¿Qué acontece? ¡Que se va irradiando hacia todo el cuerpo! Pero, sigamos respirando hasta irradiarlo por completo. Se podrá escuchar perfectamente el latido. Esto es, mis queridos hermanos, la Mente. ¡Que maravilla! ¡Es todo un cuerpo!"
Les indica que "unificamos el cerebro y el corazón en Mente y Consciencia. Ahora, vayamos a la Consciencia o bien, el Conocimiento. ¿Cómo podemos dar Consciencia? Pues veamos, entonces, la ubicación de los dedos de los píes. Recorramos con la respiración hacia las piernas y deben de ir sintiendo los latidos del corazón conforme las ubican."
Menciona: "Parecerá que ahí está el corazón."
Prosigue: "Ahora, vayamos hasta los dedos de los píes y deben de sentir los latidos del corazón en los dedos de los píes. Sentirán perfectamente la anatomía del cuerpo. No debe de ser una pierna primero que la otra, ¡deben de ser al mismo tiempo las dos piernas! Esto, queridos hermanos, es Consciencia: Mente, Corazón, Consciencia."
Merlín explica que "unificando estas tres fuentes, adquirimos unidad y sabiduría."
Les dice: "Ahora, respiramos tres veces, giramos la cabeza tres veces a un lado y tres veces al otro. Elevamos nuestras manos, cerramos los puños, inhalamos profundo apretando el cuerpo y al exhalar se abren las manos con fuerza."
Merlín observa a los Principiantes con satisfacción al ver sus rostros relajados y sorprendidos. Piensa: "¡Algo descubrieron!" Y les pregunta: "¿Quién desea comentar su experiencia?"
Lorena de inmediato toma la palabra: "¡Fue muy agradable descubrir mi cuerpo! Siempre supe que tenía píes para caminar", comenta sonriendo y añade: "He sabido del cansancio, del dolor en ellos pero, ¡tener consciencia de que están separados los dedos al sentir que iba bajando la energía, puede perfectamente percibir su anatomía entre una división y otra! Hasta contarlos sin tener que contarlos. Hasta dónde terminaban sin que tuviera que ver en donde estaba el término."
Añade: "¡Es muy diferente tener Consciencia de mis píes a saber que tengo dos píes! Estoy sorprendida porque, era como descubrirme a mi misma y eso me llenó de alegría. Mi Mente descubrió su cuerpo con ayuda del corazón. Ahora tengo el Conocimiento de mi Ser."
Los comentarios de los demás jóvenes eran similares. En otros, llegó hasta la videncia: Podían verlos por dentro del cuerpo y por el exterior. ¡Como entrar y salir del cuerpo!
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