Del Archivo
de Merlín
Por Mario Luis ALTUZAR SUAREZ
* El Adviento del Hombre Dios* El Solsticio de Invierno, tiempo de cambio
Merlín, de regreso a su hermandad, se encuentra con gozo en su corazón de estar en casa, situación que manifiesta con sus hermanos mientras comparten los alimentos:
"Queridos hermanos, estar con ustedes nuevamente confirma en mi corazón el amor Divino de nuestro Padre Creador, ya que la espera es uno de los aspectos en el hombre que lo leva siempre a la desesperación y ustedes esperaron y me encuentro con jóvenes maduros".
Han pasado ya seis meses de la fecha en que Merlín hubiera ido a visitar el Reino de Gales. Se aproximan los días de festejos a los dioses menores y tenían que preparar los aditamentos que exigía el ritual.
Ya habían llegado, en estos tiempos, anuncios del nacimiento y muerte de un dios de los hombres, el cuál festejaban junto con las tradiciones de los romanos. Lo que era el Reino de Gales, respetuoso de las diplomacias, permitió que este tipo de enseñanza se introdujera sin dificultad a diferencia de las zonas bajas.
Uno de los jóvenes pregunta a Merlín: "¿Maestro, y qué hay de ese dios que festejan crucificado? ¿Por qué, cómo hombre? Nuestro Dios no tiene forma de hombre ni de animal ni cosa que le parezca y nuestros dioses menores son criaturas especiales, con fuerzas supremas. ¿Cómo pueden festejarle a un hombre crucificado?"
Merlín le comenta que ese hombre es igual a ellos y que había logrado alcanzar niveles de evolución espiritual que trascendían con el tiempo y que al mismo tiempo le utilizaban como una representación del Dios Vivo en el hombre pero en una forma equivocada: "Este hombre causó terror entre los suyos por el poder que manifestaba, por la fuerza del Amor Divino hacia el Padre Creador y para evitar que culminara con su misión en el camino, le matan e interrumpen en forma abrupta con su objetivo".
El adepto le interrumpe: "Y, ¿cuál era el objetivo, Maestro?" Responde el Iniciado: "Bueno, despertar en el hombre el verdadero conocimiento del Poder del Espíritu y llevarlos por la verdad de las cosas". El joven nuevamente toma la palabra: "Pues es lo mismo que nosotros hacemos, buscar la verdad y manifestarla para llegar al Espíritu, ¿por qué matar a este hombre de esta manera?"
El Mago le mira con profundo amor y dice: "Debes de recordar, querido hermano, que la verdad atemoriza y nadie quiere descubrirla. Los miedos son más fuertes que la razón y el poder del gobierno permite a esos hombres sentirse seguros de ellos mismos, a través del sometimiento y la enajenación con la ignorancia".
Prosigue: "Este hombre, llegó hablando de la Verdad del Espíritu, demostró el Poder del Espíritu cuando a sus hermanos los mantenían esclavizados a la ignorancia de sus creencias con respecto a su dios, un dios destructivo y sometedor".
El joven muestra interés por conocer más sobre este acontecimiento: "¿Cómo es posible que tengan esta imagen de nuestro Padre Creador?" Merlín se ríe: "Bueno, definitivamente no es el mismo dios, ya que el de ellos es el dios de sus egos y lo alimentan con sus mentiras. ¿No es suficiente razón para matar a un hombre?"
Reflexiona el joven adepto y confirma: "Sí, es como desnudarlos y hacerlos reconocer sus mentiras es una enfrenta. En cuestión de honor, sería de muerte, de acuerdo a los principios de honor que rigen en ciertos sectores sociales. Pero, ¿por qué lo endiosan, Maestro?"
La respuesta es rápida: "Bueno, la Enseñanza de este hombre queda inconclusa pero las manifestaciones del Poder de su Espíritu lo hacen verse como dios porque es así, el poder que otorga el Espíritu a todo aquel que lo recibe en su corazón, de ahí que lo festejen y traten de llevar una veneración hacia él".
Aspira profundo y señala: "Ha alcanzado tanta fuerza que llega hasta nuestras tierras y busca derribar todas las creencias y convertirlas sólo en él".
El joven interesado por el tema requiere de mayor explicación: "Y ¿qué tan bueno es, Maestro, practicar su enseñanza?" Merlín de inmediato contesta: "Toda Enseñanza que te lleva al Espíritu, es buena si la llevas con la Verdad". Le ataja el joven adepto con una nueva interrogante: "¿Qué hay de mentira en esta nueva enseñanza, Maestro?"
El Iniciado expresa: "La mentira es que ellos llevan a esta representación como el único y verdadero hombre hijo de Dios cuando en verdad, todos somos Hijos de Dios y debemos de alcanzar las esferas de nuestro Espíritu al igual que lo logró este hombre, pero para ellos, si alguien demuestra indicios de semejanza es castigado y sometido por el atrevimiento".
Advierte: "Es contradictoria esta Enseñanza: Te piden que creas en lo que ellos dicen, que lo practiques como ellos ordenan pero te prohiben preguntar más de lo necesario, porque entonces, te acusan de estar en la soberbia. Esta enseñanza, al igual que todas, se lleva con hermetismo, pero la diferencia es que se vuelven gobernantes al mismo tiempo".
Profundiza: "Se denominan como representantes de Dios en la tierra. No sé como se consideren el resto de sus adeptos, pero no demuestran los poderes del crucificado. Nosotros, para pasar a ser guías de un grupo de la Hermandad Universal, debemos de demostrar las Potestades del Espíritu, o sea, la pureza de nuestra alma".
Nuevamente interrumpe el joven adepto: "Nosotros festejamos, en estas fechas, a nuestro hermano Viento en su reino elemental y vaya, colocamos en nuestra mesa como representación de él, las ramas del cedro en el solsticio de invierno. Nos intercambiamos obsequios como una manifestación de cambio en el interior del ser y por lo general son objetos de viento".
Añade: "Pero, Maestro, escuché que ellos hablan del Adviento, esto quiere decir ¿qué es antes del viento, Maestro?"
Merlín se ríe por la profundidad del análisis del joven: "¡No! ¡No! Tiene semejanza la palabra pero para ellos, parece ser que esperan algo que viene y lo relacionan con el Espíritu Santo y se preparan para festejar el Nacimiento de este hombre dios".
El principiante agrega: "Entonces, Maestro, esperan que regrese este hombre, ¿cómo un espíritu y festejan su cumpleaños? Es rara esta Enseñanza, ¿cómo va a regresar un hombre como Espíritu Santo únicamente?"
Merlín le explica: "De ahí, la trascendencia de su Poder. Ya que cuando fue crucificado y lo dan por muerto, lo llevan a su sepulcro para prepararlo en lo que se entiende, sería el último viaje, y cuenta la historia que resucitó y partió a los cielos como hombre".
Abre desmesuradamente lo ojos el joven adepto y casi tartamudea al preguntar: "¿Puede un hombre partir de esa manera?" El Iniciado le comenta que no es el único que ha partido de esa forma: "Hay hermanos iniciados que han trascendido igual pero lo que este hombre logra es trascender en la historia, formándose una Enseñanza a través de él".
Explica: "Habría muchas enseñanzas como las de él si todas se llevaran al martirio, como lo hicieron con él: De mártir lo hicieron Dios y es la imagen que llevan ellos para llegar a Dios, es decir, que entienden que deben ser mártires si en verdad desean merecer ser dignos de Dios."
Menciona que los seguidores de esa Enseñanza, "con el adviento esperan que se manifieste el Espíritu Santo en sus corazones, el error está en que sólo lo esperan una vez al año para retomar la Fe".
Entonces, dice el adepto, "Maestro ¿qué sentido tiene el adviento en su Fe?" El Iniciado apunta: "Bueno, al festejar el Nacimiento de este hombre dios los lleva a retomar la Fe en Dios Creador de Todas las Cosas y que vendrá a despertarlos o a liberarlos de su esclavitud, en un paralelismo a la historia de sus fundadores que huyeron de Egipto".
Prosigue: "En realidad es una Fe al dogma, muy respetada porque debemos de reconocer primero, el Libre Albedrío para seguir cualquier Enseñanza de acuerdo a nuestro Espíritu en evolución. Estar preparados a la Verdad y buscar la Verdad es destruir la mentira. Se cierran al conocimiento de las fuerzas de vida que poseen los elementales, siendo que estas fuerzas son otorgadas por el Padre y así como esto, se cierran en el entendimiento de muchas cosas más pero llegará el día en que descubran que este hombre crucificado venía a darles la misma Enseñanza que nosotros llevamos".
El adepto se inquieta: "¿Cómo sabe esto, Maestro? Habla como si conociera mucho de él". Le responde: "Bueno, la Gran Hermandad Universal está formada por los cientos de hermanos de los muchos universos y muchos hombres y mujeres, aquí, entre nosotros, son anunciados antes de que lleguen y cuando se cumple, sabemos que el tiempo está cerca".
El adepto se entusiasma: "O sea, que usted ¿ya sabía que iba a nacer este hombre?" Le indica: "Cuando tú te conectes con el Espíritu no solo sabrás de él, sino sabrás más de Dios, de ti y el universo. Ahí se encuentra todo. Por eso hay que llegar al Espíritu por medio de la unificación del cuerpo con el alma y el dominio de la dualidad y las pasiones o los vicios".
Merlín siente alegría de ver al joven complacido. "Ahora, lo que debemos de hacer nosotros, es prepararnos para el Solsticio de Invierno. Es nuestra fecha de cambio en la cual aprovechamos para pedir al Padre Creador el Poder del Viento en nuestra Fuerza de Voluntad y limpie de nuestro cuerpo y alma, todo tipo de energía contaminante. ¡Nada es sin la voluntad del Padre Creador!"
Escucha el Iniciado: "¿Nosotros podemos creer en ese Adviento, Maestro?" Merlín le responde: "Nosotros no solo creemos en ese Adviento, sino que nosotros lo practicamos a cada momento: Prepararnos en el Despertar del Espíritu es estar en un adviento en vigilia constante. Recuerde, querido hermano, que un principio de nuestra Enseñanza es hacer vida todo lo que aprendemos de nuestros Maestros".
La práctica cotidiana del Amor Divino, dice el Iniciado, "no solo se debe hacer en un lugar cerrado, sino en todos y cada uno de los momentos de nuestra vida y relaciones con los demás hijos del Padre Creador. Por ello, nos abre al entendimiento de la comunicación con el Espíritu. ¡Somos vida y debemos de dar vida a nuestra Fe!"
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