Del Archivo
de Merlín
Por Mario Luis ALTUZAR SUAREZ
* La homosexualidad* Transgresión de la Ley Universal
S
e encuentran los Principiantes caminando por los jardines del Templo, en un momento de descanso. Pero hoy acontece algo extraño: Uno de los jóvenes se encuentra aislado del resto del grupo, cuando siempre han acostumbrado compartirse todos juntos y así poder discernir sobre los estudios.Irvin, el Maestro Guía de los Aprendices, observa esta actitud como una situación de rechazo al joven. Lo nota cohibido y extrañado, al tiempo que se percata de que los demás jóvenes voltean a verle y se siente la manifestación de juicios de los ahí reunidos. No se da cuenta cuando Merlín llega tras él, hasta que oye su voz:
"Buen día para disfrutar el fresco de la Naturaleza." Sobresaltado, Irvin responde: "¡Oh! Querido Hermano, disculpadme porque no escuché con atención." El Iniciado le expresa: "Profundos deben ser vuestros pensamientos", a lo que responde el Guía. "No, en realidad estoy observando a los jóvenes de cómo están actuando y me parece ver que algo no anda del todo bien."
Merlín pregunta. "¿Qué es lo que provoca en mi Hermano esa inquietud?" El interlocutor le señala: "Observe, Maestro, como se han separado de aquel joven. Jhon es su nombre". El Iniciado considera: "Bueno, quizás ha notado en su comportamiento algo raro y les provoca ese recazo."
La reflexión del Iniciado inquieta a Irvin quien interroga: "¿Qué es lo que habéis notado, querido Maestro?" Le comenta: "Bueno, no le había dado mucha importancia a su carácter delicado, pero de un tiempo a acá se han acentuado bastante sus modales, pero no los había considerado como de mayor importancia. Pero el hecho de que el resto del grupo esté dando un cambio de actitud para con él, es que llegó el tiempo de intervenir. ¡Y usted es el Guía de los Principiantes! Así es que vayamos a investigar. Vaya con el grupo de jóvenes y yo iré con John."
Irvin se encamina al grupo de inmediato.
Cuando Merlín llega al joven, comenta despreocupadamente. "Esta es una zona del jardín bastante agradable porque permite que la soledad no se manifieste sino nos invita a integrarnos a la misma Naturaleza."
El joven está sentado en un arbusto en el que permite cobijarse con las hojas. Merlín prosigue: "Cuando yo era Aprendiz, aquí acostumbraba a refugiarme, sobre todo cuando no sabía resolver los problemas y buscaba esconderme de ellos, tratando siempre de sentirme protegido."
Le pregunta: "¿Sabe usted, que los árboles son un símbolo de protección, de fuerza y grandeza? De ahí que impongan mucho los bosques. Si usted se abraza a un árbol puede cargar y descargar la energía por la fuerza misma de vida que tienen, además de que usted puede enlazarse con él ¡tan fuertemente, hasta lograr una comunicación con el Espíritu del bosque!"
El Aprendiz le responde a Merlín con interés y respeto: "Me agrada mucho saber que este sitio que he escogido como mi refugio, lo haya sido también de usted. Y sí, siempre he mirado al bosque como una fuerza protectora y todas las veces que puedo, me abrazo a un árbol. Ahora, pondré mayor atención cuando lo haga para equilibrar mi energía."
Merlín expresa: "¿Así que a usted le agrada como refugio?" John responde: "¡Así es, Maestro!" Es el momento que aprovecha el Iniciado para señalar: "¿Y de qué se refugia mi hermano? ¿Qué es lo que busca en él?" El joven se siente un poco nervioso y con cierto temor responde: "Es un lugar en el que me permite estar conmigo mismo sin miradas inquisidoras, porque siempre está uno expuesto a ser rechazado o señalado."
Una respuesta que llama la atención del Maestro y busca profundizar: "¿Por qué se siente usted enjuiciado y rechazado? ¿Ha recibido algún comentario o acción de los demás hermanos, que amerite su observación?"
El joven siente que ha sido indiscreto en sus comentarios y de inmediato trata de acomodar lo ya expuesto: "¡No, Maestro! No es precisamente eso lo que quiero decir. Yo me refiero a que necesitamos un sitio en el que consideramos propio y este lugar me hace sentir como en casa. Y para disfrutarlo, procuro hacerlo solo y claro, quedo alejado de todo lo demás que me rodea."
Merlín le responde: "¡Ah! Que bien. Me preocupa el hecho de que en nuestra Hermandad se dieran críticas en las que se desune el grupo en el que usted está. Bueno, entonces lo dejo para que continúe disfrutando de su refugio", y se aleja del lugar.
Camina hacia otro de los jardines en donde espera a Irvin para escuchar el resultado de su investigación y su primera expresión fue: "¡Vaya! ¡Esto sí que es algo fuerte! Permítame explicarle, Maestro" aspira profundamente para darse un tiempo y poder acomodar sus pensamientos para iniciar su exposición:
"Fui directo al preguntar por qué están rechazando a John y nuestro Hermano Miguel, con disgusto, comentó que John tenía actitudes femeninas y que no estaba de acuerdo en seguir tratándolo. Yo le pregunté a qué se refería con esto y, ¡bueno! Comentó que se manifiesta hacia ellos como si fuese mujer, no con respeto excesivo. Así que le pregunté qué que tipo de acciones ha cometido."
Prosigue : "Y, definitivamente, Maestro, este joven anda mal por sus acciones con los jóvenes. Coquetea y se les insinúa. Y los Hermanos sienten disgusto por esto."
Merlín escucha atento la explicación y lo observa detenidamente para contestar: "Yo no logré sacar tanto como usted. Lo que sí mi Hermano, es que él ignora el rechazo y lo interpreta como algo natural, pero en el momento adecuado trataremos de unirlos nuevamente."
Irvin hace una expresión de incredulidad: "¿Usted cree que con eso se calmen? La inquietud que sentí en el grupo, es muy profunda." Le indica el Iniciado: "Pues si no creen, es punto y aparte." El Guía inquiere: "Y ¿ahora qué hacemos, Maestro? ¿Qué es lo que pretende hacer?"
Le dice el Iniciado: "Trabajar y aprender con este joven" y le manda a que llame a uno de los jóvenes que se encuentra reunido con el grupo inconforme, para hablar con él. Al darse cuenta de esto, el resto de Aprendices se preocupan sobre lo que pudiera pasar por lo acontecido. Cuando se dan cuenta, ya está de regreso Miguel, sonriendo y como retomara la vida.
"Pensé por un momento que me reprenderían. Sólo deseaban saber lo que ha sucedido en los dormitorios con John. Y me dijeron que ellos se harían cargo y que nosotros no nos preocupáramos más por esto. Después hablarán con todos nosotros. Ahora debo de ir a avisarle a John que le esperan los Hermanos Mayores. ¡Ojalá y lo puedan ayudar!"
El joven mira con cierta desconfianza a Miguel cuando escucha el mensaje, empero, se pone de píe y apresura sus pasos para presentarse en el Salón que le indicaron. Pide permiso para entrar y pregunta: "¿Qué acontece?" Lo invitan amorosamente a sentarse y le preguntan sin rodeos el por qué ha estado buscando intimidar con los jóvenes que comparten el dormitorio.
El joven se queda pálido por la forma tan directa en que le preguntan y no tiene más evasiva que responder con la verdad: "Me gustan mis Hermanos. Aunque es falso que desee yo intimidar con ellos. Desde pequeño me han atraído las personas de mi mismo sexo y mi padre, en casa, me maltrató mucho por ello. Es por eso que mi madre me envió con ustedes para ver si así olvidaba mi actitud. Y cuando me acerco a ellos, solo deseo estar cerca ¡nada más!"
Menciona que no comprende la razón por la que siente esa emoción hacia los hombres y explica: "Pero es algo que sale dentro de mí, sin que yo lo provoque o pueda controlarlo. Puedo decir que he aceptado mi naturaleza y con ustedes he aprendido a no sentir vergüenza."
Merlín habla con tranquilidad: "Es cierto que al aprender a amarnos y aceptarnos como somos, es parte de nuestra Enseñanza, pero también es cierto que debemos de reconocer que las leyes naturales se deben de mantener en cumplimiento y la Creación, como ya lo hemos explicado anteriormente, fue en Perfección: Un hombre para una mujer y lo a lo que mi querido hermano se expone es ir en contra de estas leyes."
El joven está desconcertado y pregunta: "¿Y cómo es que debo de actuar? ¿Rechazándome a mí mismo? ¡No sé por qué soy así! Y aunque en un principio traté de disimularlo, aquí se pide honestidad y soy honesto conmigo y con ustedes, y también respetuoso y no creo haber incumplido con los Principios que se me han entregado."
Irvin interviene: "Eso es cierto. Debemos de ser honestos, leales, respetuosos. Pero lo que está indebido, hermano, es su acercamiento por el gusto hacia sus compañeros. Es entonces cuando quebranta la Ley. Debe de contener y corregir sus deseos a la Prudencia."
Ralph que ha estado escuchando con atención, interviene por él: "No lo confundamos, ya que su prudencia lo estaría enmascarando de su comportamiento natural." Irvin contrapone: "Pero tampoco podemos permitir que él actúe desvergonzadamente so pretexto de ser verdadero."
Merlín aclara. "No es el reunirnos aquí para justificar o recriminar. El objetivo es encontrar la causa que provoca en nuestro hermano tal inclinación. ¿Y cómo podremos averiguarlo, entonces, si nos cerramos a la comprensión de los hechos?" Responde Irvin: "¡Tienes razón, Maestro! Hay que encontrar el origen y corregirlo."
Ralph indica: "¿Cuáles son las causas de la homosexualidad, Merlín?"
El Iniciado le mira con profundo amor y comprensión: "Bueno, en la Gran Hermandad Universal a este comportamiento se le considera como un Karma en donde, en vidas pasadas se transgredió la Ley sin que haya sido por código genético, o sea, que por el placer desbordado buscan senderos de experimentación más fuertes, aparentemente, para alcanzar una satisfacción pero lo que en realidad están dejando penetrar es a la Lujuria enmascarada en supuestos experimentos novedosos, sin darse cuenta de que se van quedando atrapados en estos bajos instintos."
Apunta que es "cuando vienen marcados, entonces, en los códigos genéticos y vencerlos es lograr romper con este difícil Karma. Se transgrede la Ley Universal al faltar a los inalienables Principios de la Naturaleza."
Abunda: "Otras de las causas, pero no muy común, es que en la última vida pasada haya sido mujer con fuertes manifestaciones de frustración e insatisfacción y concluyente a su nuevo ciclo de vida, muestre inclinaciones homosexuales. Aun, con todo y eso, el querer estar en este tipo de círculo vicioso, va contra las Leyes Universales."
El joven se encuentra llorando y con mucho dolor le pregunta al Venerable Maestro: "Entonces, ¿Dios está enojado conmigo?" Merlín, con serenidad le responde: "No, hermano John. ¡Dios te ama profundamente y te acepta como eres, su Hijo! Pero debes de comprender que las Leyes Universales son Leyes Divinas y esas son inflexibles. No es a Dios a quien debes de temer, porque Él siempre te verá con amor, pero las Leyes Universales son rígidas y no permiten los desvíos y desequilibrios en la Naturaleza."
Con firmeza en la voz menciona: "Eso es algo que debemos de entender los hombres: ¡Dios no ama como profundo amor, como el más selecto de sus hijos, a cada uno de nosotros! Pero sus Leyes siempre serán firmes y leales a los equilibrios de los Universos."
Señala: "Transgredir una Ley Universal es a lo que se le debe de temer para mantenernos al cuidado de ser fieles y así logremos unificar en nosotros el Origen Divino."
Llorando, John comenta: "¡Nunca llegaré a ser un Iniciado!" Merlín le mira y niega de inmediato: "¡No, mi hermano! Si en vuestro camino está la firmeza del Amor y el Perdón, se logra superar y sin que te des cuenta, lograrás corregirte con suavidad. Si está en ti la Voluntad, el Ser Verdadero en esta búsqueda interna al encuentro de ti mismo y romperás este Karma. Recuerda: Los Karmas son para romperlos y poder Evolucionar. Ningún Karma es para cargarse resignadamente, hay que aprender a liberarnos con responsabilidad y Amor a los Principios de la Naturaleza."
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