Del Archivo

de Merlín

  


Por Mario Luis ALTUZAR SUAREZ

* La Conexión de Corazón a Corazón

*Merlín descubre a un impostor en la Hermandad

En el espeso bosque hay un árbol al cual Merlín siempre acude. Es un roble inmenso, frondoso y cobija de tal manera que hace que el Mago sienta la fuerza de la protección del Padre Creador. Es cierto que él es el Guía, pero a veces siente que la forma en que llegó a ese puesto, fue muy apresurado y el temor de no ser lo suficientemente sabio y vigilante, no puede compartirlo con nadie.

Sabe que parte de su misión es transmitir la confianza y la seguridad a sus hermanos. Es entonces cuando busca ese inmenso refugio para liberar su alma y sentir que todo está bien y que podrá estar vigilante para cada momento que así lo requiera.

En las últimas fechas, el movimiento de la Hermandad ha sido fuerte a pesar de todas las provisiones que ha tomado. Merlín sabe bien que el Camino de la Luz no es sencillo y que solamente los verdaderos de espíritu son los que se quedan y l tratar de detener a aquellos que perturban, es noble pero también riesgozo.

Ahora, tiene que tomar decisiones en las que nuevos miembros tendrán que irse y le duele. Le duele porque es como una esperanza que muere y de esos que partan, solamente aquel en donde realmente haya hecho raíz lo poco que le entregó de la Enseñanza, lo llevará a la vida. Es como morir lentamente y él debe de ser fuerte.

Empero, necesita sentir el valor de la decisión porque de todos los hermanos que queden, son esperanzas multiplicadas para llevar mensajes de Luz.

Se encuentra mirando el inmenso árbol y piensa: "Así me gustaría ser en este momento: Tan alto como tú, para mirarlo todo, tan ancho para abrazarlo, tan sólido para protegerlo y me siento triste y es por ello que aquí me encuentro".

Se dispone a sentarse en las raíces del árbol. Respira profundo y dirige sus ojos a la naturaleza para impregnarse de ella y de esa manera, armonizar su energía. Cuando siente tranquilidad, es entonces, que cierra sus ojos y visualiza a todos sus hermanos. Comienza a reconciliar.

Cuando en el trabajo interno llega con Marcia, siente un dolor en el pecho, del lado izquierdo, y comienza a pedirle perdón, pero, entonces, siente un dolor en la cabeza y se pregunta: "¿Qué es lo que tiene esta mujer, Padre, que al reconciliar con ella, me golpea? ¿Qué es aquello que no alcanzo a ver y me engaña en su apariencia?"

Es entonces, cuando Merlín recuerda desde cuando la conoció. Ella llegó a él, muy segura de sí, sonriente y alegre. ¡Miraba de frente! Sintió dolor nuevamente y retomó el pensamiento: Vio que sus ojos miraban de frente a los suyos pero con la sonrisa enmascaraba su verdadero rostro. Merlín sintió disgusto contra la mujer y se dice: "¿Cómo no la había observado bien? ¿Cómo pudo engañarme? ¡Y no me había dado cuenta de que hay maldad en ella!"

Un momento en que el Mago empieza a tomar los acontecimientos de las últimas fechas. En su mentalización aparece un joven de nombre Louis. Se muestra callado ante su presencia pero hay una luz en su pecho y eso hace que Merlín sienta alegría. Rememoriza que en el Templo de los Jóvenes era el único lugar en donde se daba campos de energías negativas y a pesar de que habían armonizado, se repetían.

En una ocasión, se lo encontró sólo en ese Templo haciendo meditación. Nadie más estaba ahí. Pero cuando él salió, poco tiempo después escucharon lamentos y ruidos extraños. Acaban de armonizar y no era posible que eso pasara. ¿Cómo iban a entrar fuerzas negativas? Solamente que alguien fuera mensajero de ellas. Y lo había responsabilizado a él.

Por esa causa, el joven se encontraba en Tribuna para determinar su salida junto con otros jóvenes que eran rebeldes e indisciplinados, pero en el caso de Louis era especial porque tenía que hacerlo por el conocimiento de la suposición y quería ser justo y verdadero.

Al sentir el gozo en su corazón cuando le observa en este trabajo bajo el roble, reflexiona que el joven no es el responsable de dar entrada a las fuerzas negativas sino que más bien es susceptible a que lo atrapen. Surge una nueva pregunta: ¿Sí él absorbe esas presencias obscuras, cómo es que puede pasar al Templo sin que se sienta afectado?

Eso obliga a Merlín a dirigirse al corazón del joven y lo conecta con el suyo para saber que es lo qué está pasando en él. Esto es algo que Merlín hace siempre que tiene dudas de la lealtad y honestidad de alguien. Una vez que logra la conexión, es como sí el Mago fuese Louis y así puede entrar en su Mente y descubrir la razón de los problemas.

Encuentra que en el joven existe una fuerte frustración y amargura en su corazón. Es por ello que él puede jalar esas fuerzas y está habituado a ellas y las sostiene por la misma amargura y frustración. Pero, queda otra duda: ¿De dónde llega?, ya que no encuentra en su interior vestigios de que él les invoque, sino que existe un verdadero deseo de reconciliación.

Piensa en Marcia y se conecta con ella. Siente la amargura pero en esta amargura hay deseos de venganza y la búsqueda de poder. Pero, ¿cómo puede sostenerse en el Templo? Y busca más, y se encuentra con maldad. Víctima de mucho maltrato en su niñez, se ve despojada de su inocencia. De ahí nacen sus deseos de venganza acumulando rencor.

Merlín no alcanza a entender que relación puede existir con Louis. Se expande más en el corazón del adepto, llenando de amor para poder percibirlo con más firmeza y descubrir cual es el lazo que existe con la mujer. Un segundo y observa a Marcia junto con Louis cuando ella frente a él, platicando, aparece una luz roja opaca que sale de la mujer y como alfilerillas penetran en su acompañante.

De inmediato Merlín exclama: "¡Malvada mujer! Ella es quien lo siembra". El Iniciado se preocupa por saber a quienes más ha tocado y penetrado en su interior de esa manera. Se desconecta sin atraer nada hacia él, es cuidadoso ya que en este trabajo se corre el riesgo de recoger fácilmente vibraciones negativas si no se tiene precaución.

Cierra su campo astral y se dispone para ir al Templo. Se siente contento porque iba a cometer una injusticia pero ahora ha encontrado la verdadera causa de las cosas y se pregunta: "¿Qué es lo justo, Padre mío? ¿Expulsarla únicamente a ella? ¿O sería a ella y al joven?" No era fácil llevar la perfección pero está en él, la responsabilidad de hacer que la Hermandad crezca en la Perfección Divina.

Al llegar a las instalaciones del Templo, se encuentra con Ralph y le comenta: "Querido hermano, tenemos que hablar con el joven Louis y saber hasta donde llegó a intimar con Marcia". El interlocutor hace cara de extrañeza y responde: "¿Qué tiene que ver ella con el joven?" El Iniciado responde rápidamente: "Mientras te explico, vamos por Louis".

Y se dirigen a un dormitorio aislado al que consideran de la Reconciliación. No hay cama. Solo una mesita. No es frío pero no tiene nada de cómodo. Es allí a donde se llevan a los jóvenes a reflexionar aislándolos de los demás para que puedan liberar cuando no hay disciplina y así determinar qué es lo que está fallando.

Siempre hay alguien que le auxilie al hermano que se encuentre en el cuatro de liberación. No les dejan solos para darles apoyo espiritual. Cuando llegan con Louis, Merlín ya le ha contado todo a Ralph, así que entran decididos los dos y le ordenan que se siente cerca de ellos. Se acomodan los tres en las sillas.

"Querido hermano", dice Merlín, "deseamos saber algo muy importante para nosotros: ¿Qué es lo que hace Marcia cuando platica con usted? ¿Qué es lo que le dice?"

Sorprendido, el joven adopta una posición defensiva: "No he hecho nada malo. Solo que ella me comentó en una ocasión que ella ya hablaba con Maestros Superiores y que le habían dado un Mensaje para mí, que yo necesitaba ayuda y ella podía dármela. En esa ocasión hicimos reconciliación con los padres u me sentía mal. Pero no con deseos de reprochar sino todo el reconocimiento que se hace".

Prosigue su narración: "Entonces, ella se acercó a mí y me dijo lo del mensaje. Y cómo yo deseaba liberarme bien, en armonía, me entró la curiosidad y le pregunté que de qué manera podía ayudarme. Entonces, me indicó que su Maestro le había dado algo para mí y, pues, yo le dije que lo recibía. Pero no sentí que me ayudara en realidad y eso fue lo que pasó".

El Iniciado interroga: "¿Hizo algún rezo?" El adepto contesta que "no. No hice ningún rezo. Solamente ella respiró profundo y con sus manos me puso algo en las mías y yo no sentí nada. Eso fue todo. Pero me hizo un comentario: Dijo que pronto me daría cuenta de cómo todo cambia. Ya no hay más que decir. Y creo que sí me está cambiando todo, porque desde ese día en que ella me dio eso, siento coraje, disgusto en mi pero no alcanzo a entender el por qué".

Añade que se siente indigno de estar en el lugar y en la Enseñanza.

Ralph interviene: "Estábamos a punto de cometer una injusticia. Hay que armonizar a nuestro hermano. Esa mujer le sembró maldad".

El joven abre los ojos sin entender lo que ahí se dice, aunque sí siente el deseo de que le quiten cualquier cosa que tenga encima.

Merlín le dice a Ralph: "¡Sí! ¡Vamos a liberarlo! Pero debemos de buscar a Marcia". Al momento señala Ralph al adepto que "usted debe reconciliar. Perdone a Marcia ara que la maldad que le sembró pierda fuerza y se desprenda de su campo de vibración".

El Guía ya se había adelantado a buscar a la mujer que se encuentra en un jardín y al ver a Merlín lo saludo con mucho gozo: "¡Maestro! ¡Que gusto verlo!" La respuesta es fría: "A mí también me da gusto". La adepta siente el desdén y con voz tímida pregunta: "¿Qué pasa, Maestro? ¿Hice algo que te enfadó?"

Merlín reacciona y cambia el tono de su voz ya que no quiere intimidarla: "Quiero hacerle algunas preguntas". Marcia responde con entusiasmo: "¡Claro, Maestro! Yo también tengo muchas cosas que preguntar. Han sucedido cosas extraordinarias y tengo algunas dudas".

El Mago se interesa y pregunta: "Dígame, ¿qué es lo que ha pasado?" La respuesta es inmediata: "Estaba yo meditando, pidiendo la Luz del Conocimiento, y lo vi a usted al lado mío y también al Maestro Ralph y a Irvin junto conmigo. Vi que a mi lado había una inmensa luz y me dio mucha alegría".

"Y ¿qué más ha vivido?", pregunta el Iniciado y escucha: "Bueno, pues, me dieron algo para usted. Me dijo que debería entregárselo". Merlín cuestiona: "¿Quién le dio algo para mi?" Al oír la respuesta siente un golpe en lo profundo de su corazón. No era para menos ya que la mujer sostiene que "fue Hebert el que me lo dio".

El mago duda y pregunta: "¿Hebert se lo dio?" Afirma la mujer y añade: "Fue un regalo que me dio para usted. Y quiero dárselo". Ataja a la adepta y dice: "Luego me lo da. ¿Y le dio regalos para otros hermanos?" Oye con inquietud: "¡Sí! Me dio mensaje para muchos hermanos y me dijo que pidiera por ellos".

Cuando llega Ralph, Merlín le afirma con la cabeza y le dice a la mujer: "Vaya con el Maestro". El Iniciado, sin que la mujer se percate, se toca del lado izquierdo de su pecho y al verlo Raplh, entiende el Mensaje: "Protección. Ciérrese. Prudencia".

Con desenfado, Marcia le dice al recién llegado: "Le comentaba al Maestro Merlín que tuve una revelación muy hermosa en donde yo estaba junto con ustedes y una luz grande a mi lado". Ralph que es más duro, le pregunta fríamente. "¿Usted vio eso?" La mujer se empequeñece y con timidez responde: "Sí", con falsa humildad interroga: "¿Estuvo mal, Maestro? ¿No es cierto?"

El Maestro indica: "Pues, lo mal está en el mensaje que quieren darle". Marcia se inquieta y pregunta: "¿Por qué?" La respuesta es rápida: "Porque es muy curioso que la luz esté a su lado y no con todos". La mujer se defiende: "¡No entiendo, Maestro!" Le aclara: "Es muy claro, ahí nada más hay que entender lo siguiente: Es envidia y deseos de poder. Usted quiere estar a nuestra altura y al vernos a su lado y únicamente usted con la luz, se le manifiesta la envidia".

Añade: "Puede ser también, que quieren hacerle creer que está a nuestra altura cuando aun no empieza siquiera a conocer la Enseñanza. ¡No se engañe, hermana y razónelo! Porque si hubiese sido una manifestación verdadera, la Luz sería en todos".

La mujer siente el rechazo de Ralph y con voz tímida le dice: "Entonces, ¿está mal que yo haya visto eso?" Le explica: "lo que está mal es que no reconozca lo que es, y para mi es envidia y deseos de poder. Y cree que ya está a nuestra altura".

Guarda silencio la adepta y no le hace los demás comentarios. Empero, el Maestro Ralph piensa: "Esta mujer es de peligro. Con su aparente entrega y falsa reconciliación da la entrada a falsos Maestros". No queda duda en él de que ella está sembrando maldad en la Hermandad.

Un Guía verdadero es humildad, amor, comprensión y permite que fluyan todos sus hermanos en toda su potestad, pero siempre habrá alguno que crea que con un poco de esfuerzo ya lo logró. Reflexiona: "Son falsos guías y deben ser expulsados de nuestra Hermandad".


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