Del Archivo

de Merlín

 


Por Mario Luis ALTUZAR SUAREZ

* Merlín revela el Poder del Mesías

* El estandarte de la Muerte

Merlín se encuentra en el Castillo de Avalón. En sus aposentos, está dedicado a la investigación esotérica: Pregunta a los oráculos el porvenir del Reino de Gales. En su rostro se refleja la profunda preocupación por las respuestas recibidas, ya que le marca ¡muerte y hambre!

Prontamente toma los oráculos y pregunta el por qué de este presagio tan negativo y lo que obtiene de respuesta: "Es la esclavitud del Espíritu". Nuevamente pregunta, ahora, de quién o de dónde llegará ese enemigo y los signos que interpreta no deja lugar a dudas: "De la ignorancia y el sacerdocio".

Piensa el Iniciado: "¿Cómo es esto posible? ¿De qué manera acontecerá?" Y reflexiona: "Solamente que hubiese una traición al Rey que ha hecho ya pactos con los evangelizadores y representantes del Papa".

Recuerda que cuando se dieron estos convenios, él no estaba presente; se encontraba tras muros para escuchar y vigilar cualquier tipo de transgresión a los intereses del reino. Lo que se logró en la negociación, es la conversión a la nueva religión por voluntad y se respetaría a aquellos que no la aceptaran.

A simple vista, no existe motivo alguno para estar en guerra, empero, las respuestas de los oráculos marcan una situación muy diferente. Para tranquilizar sus pensamientos, Merlín sale a los jardines del palacio y en su paso meditabundo logra escuchar a unos sirvientes que platican en los pasillos y sin buscar intencionalmente oírlos, se percata de que hablan de la nueva religión.

Oye: "Dicen que su dios murió en la cruz y resucitó de la muerte. Así que debe de ser un dios poderoso porque la muerte para él no existe y ahora vienen en busca de que nosotros adoremos a su dios". Interviene un tercero: "Sí, pero ¿por qué lo traen en una cruz?" Y como respuesta encuentra: "Dicen que porque somos pecadores y es en esa cruz en donde paga nuestros pecados".

Hay un sonido de sorpresa: "¿Cómo pagará mis pecados si ni e conoce? Pero además, no sé que son los pecados". Le explican: "Nos han dicho que todos nosotros somos pecadores y los pecadores son los que no obedecen la Ley de su dios".

Merlín que ya está atento a esta plática tan interesante, ya que le permite conocer directamente la reacción de las personas al saber que entraría la Iglesia al reino. Se recuerda que en la historia se registra que la Iglesia católica entró por los convenios políticos y comerciales, porque al aceptarlos, al Rey se le otorgan indulgencias que le permitirán ir a vivir a eternamente.

Esto es algo que al Rey Arturo le fue muy atractivo. Además, debe considerarse que en el ofrecimiento se incluye la coronación como Rey ante el dios de los católicos.

El Mago se percata de que muchos de los aldeanos van aceptar adorar al dios de los católicos. Se pregunta: "¿Cómo evitar que se entreguen a este dios?" La preocupación de Merlín es explicable en su profundo respeto que tiene por las sectas y esta nueva secta le genera cierto rechazo.

El temor por la imagen sangrante y el haber despertado entre los muertos, tiene que reconocer el Iniciado, que este hombre fue y es poderoso aunque surge la interrogante: "¿En dónde se encuentra?" Razona: "Si su poder es tan fuerte, se puede comprender su despertar entre los muertos".

Sale de su meditación y deja de escuchar la conversación de los sirvientes por el sonido de una voz que le llama: "¡Maestro! ¡Maestro!" De inmediato reconoce que la voz pertenece a Irvin y le pregunta: "¿Qué hace aquí mi querido hermano? Desatiende sus obligaciones. Supongo que le autorizaron a salir de sus quehaceres diarios y de nuestro Templo".

Irvin dice: "Querido Maestro, ya no soy el niño de ayer que se mandaba sólo y no aceptaba mis responsabilidades. Nuestro Venerable Hermano Ralph me ha enviado con vos para auxiliaros en todo lo que se ofrezca. Han llegado fuertes rumores, aún, adentro de nuestro Templo y hemos visto rondar a los sacerdotes católicos cerca de nuestro monasterio".

Indica: "Se ven muy pacíficos. Pero nuestros hermanos se encuentran alarmados ya que a su paso, esos sacerdotes señalaban en dirección nuestra. ¿Acaso querrán quitarnos nuestro hogar? ¿Qué informes tiene sobre los convenios y las tierras que les serán otorgadas para evitar el derramamiento de sangre?"

Merlín, al escuchar la voz hasta cierto punto temerosa del recién llegado, cree poder entender el mensaje de las cartas y piensa: "Quizá, esa muerte y hambre será para nosotros y no para el reino". Irvin le pregunta: "¿Qué dijo, Maestro?" El Mago busca tranquilizarlo al sentir que proyectó su pensamiento: "¡Nada mi querido hermano! Vayámonos a nuestra casa" en referencia a sus habitaciones en el reino y añade: "Ahí platicaremos. Recuerde que el viento se lleva las voces a oídos indiscretos".

En silencio se disponen a marchar por la puerta principal del Castillo de Avalón para tomar el sendero del Sur que les llevará a la pequeña pero confortable casa que tiene el Mago. Al llegar, preparan una bebida caliente y se acomodan en las sillas para disponerse a platicar. Le dice: "Pues bien, ya que has venido para cuidarme y auxiliarme, mereces estar al tanto de las noticias y acontecimientos recientes".

Respira profundamente y comienza a explicar: "Se llegó al acuerdo de que las tierras otorgadas al Papa romano, se escogerán de las propiedades de los caballeros que pierdan en un torneo que se organiza para ese fin. No pueden ellos, los nuevos sacerdotes, escoger al azar las tierras ya que no está estipulado en los tratos con el Rey".

Indica que además, se les entregará un diezmo como tributo y a cambio, se comprometieron los enviados de la nueva religión, a respetar la vida de los aldeanos y no se les obligará a adorar a su dios, "ese fue el convenio, así que no debemos de preocuparnos ya que el bosque pertenece al reino".

Irvin interviene: "Oiga, Maestro, ¿no cree que esta forma de sortear la tierra es demasiado arriesgada y karmática? Como Caballeros pueden aceptar que son vencidos en el torneo pero eso no provoca que pierdan sus tierras, sus riquezas y yo lo que observo es muerte y miseria".

Merlín se sobresalta. ¡Irvin le ha dado las mismas palabras que el Mago recibió de los oráculos! Se apresura a preguntar a su huésped: "¿Qué más observas?" Le comunica: "Lo que veo, Maestro Merlín, es a las personas perecer de hambre y traición entre los Caballeros. Observo que la armonía de este reino se verá fracturada".

Profundiza en su visualización: "¡Querrán apoderarse del Castillo y el mismo Rey Arturo será el que les abra las puertas de él! También observo, querido Maestro, que han de morir hermanos por negarse a adorar a este dios".

Le dice: "No comprendo, querido Maestro, ¿cómo es que si son representantes del dios de todas las cosas que habitan en la tierra, hagan daño a las personas que les atienden de buen corazón? Parecería que son insaciables y buscan acumular mayores riquezas hasta quedarse con todo y traicionarán los acuerdos que firmaron con el reino".

Observaciones que le permiten a Merlín comprender a sus oráculos. Irvin señala: "A mi me gustaría que me explicara más sobre ese dios, ya que andan por las calles cargando esa cruz tan fea para mostrar a un dios de sangre y muerte".

La inquietud es natural si se entiende que la única secta organizada en ese tiempo, es la de Merlín ya que los demás se encuentran disgregados en brujos y magos. El Conocimiento que Hebert le entregó a Merlín, le obligaba a mantener la información sobre los augustos misterios de la Enseñanza, con discreción.

Pero esta invasión l e tiene preocupado porque significa que podrían desear desunirlos para evitar su estancia y crecimiento. El riesgo mayor, incluso, es que se inicie la persecución de los Iniciados y aprendices en su monasterio, para imponer la nueva religión y con castigos extremos, sembrar el terror entre los aldeanos.

Irvin le pregunta: "¿Este hombre, Jesús, en realidad era tan fuerte cómo para regresar de entre los muertos?" Merlín comenta que lo que ha investigado es que fue crucificado por su mismo pueblo y que los persiguieron y expulsaron a sus seguidores, pero lo más lamentable, es que se dio una fractura interna al grado que se distanciaron Pedro y Pablo para adjudicarse cada uno la verdadera herencia de su Maestro.

"Pasó mucho pesar y tristeza para que pudieran reasumir la unidad, hasta alcanzar el poder militar y político con Gregorio I para estar en condiciones de imponer la nueva religión y aspirar a que sea universal, por lo menos, en sus intereses económicos y políticos", señala el Mago.

Profundiza: "Fui a investigarlo hasta la Gran Tribuna y me hablaron maravillas de Jesús, de su inmenso amor a la vida, a la paz y su rechazo a lo material y al poder temporal, por ello es que no alcanzo a comprender por qué ahora buscan la riqueza en conjunción con el poder político y militar".

Le dice a Irvin: "Este Jesús, en realidad no murió en la cruz, sino que vivió un estado de catalepsia. En lo que se recuperó de todo el daño a su cuerpo, tardó tres días y lo dieron como muerto. Ahora, los que dicen ser sus herederos, utilizan la imagen del Cristo y no la de la resurrección, ya que de esa manera logran imponerse en el hombre".

Irvin pregunta de nuevo: "¿Y en dónde se encuentra ahora, ese hombre Jesús, si no murió, Maestro?" La dice: "Se encuentra en planos dimensionales superiores, trabajando por la armonía del hombre y el principio que él enseñaba a sus adeptos, era el del amor y el perdón, el mismo que nosotros portamos y practicamos en la vida diaria".

Irvin no alcanza a entender y pregunta: "¿Entonces, por qué adoran al dios muerto y no al Jesús Superior?" Merlín le responde: "Porque el poder lo han adquirido con el terror del pecado y la muerte del Espíritu". Le cuestiona: "Dígame, Maestro, ¿cómo es que estos hombres creen que la riqueza material es la que nos dará el poder del Espíritu". El Iniciado le apunta. "Porque venden a su dios con sus indulgencias".

Se muestra inquieto Irvin: "¿Usted cree Maestro, que ellos, al saber que nosotros practicamos el amor y el perdón, les dará gusto y querrán unirse con nosotros?" Merlín se ríe por la inocencia de la pregunta y le dice: "No, mi querido hermano, cuando ellos se enteren nos tendrán miedo y buscarán eliminarnos".

Abre los ojos desmesurados y pregunta: "¿Por qué, Maestro?" La respuesta es rápida: "Porque solamente Jesús debe de ser poderoso y el poder terrenal, mi querido Irvin, no se comparte". Irvin interroga: "¿Cómo es eso Maestro, no dices que Jesús es un Ser Ascendido?" Le menciona: "Tú lo has dicho: ¡Jesús es un Ser Ascendido, pero estos seres siguen siendo de la tierra!"

Irvin, con sobresalto y angustiado le pregunta: "¡Entonces, buscarán matarnos como a los demás magos y que dicen que adoran a los demonios!" Tajante, el Iniciado confirma: "¡Así es mi querido hermano! ¡Buscarán eliminarnos!" El adepto está preocupado: "¡Vayámonos, Maestro! ¡No permitamos que esto nos ocurra! ¡Vayámonos a lo alto de las montañas, a donde no nos alcancen!"

Merlín, con profundo amor y firmeza le responde: "¡No, mi querido hermano! ¡No podemos abandonar a nuestros hermanos!"

Con la voz sonora Merlín sentencia: "Mi querido hermano Irvin, debemos prepararnos para enfrentar a la mujer vestida de púrpura y escarlata que adornada de oro, piedras preciosas y de perlas, tendrá en su mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación que en su frente tendrá escrito un nombre: Babilonia la grande, Madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra".

Indica: "Así es como en la Gran Tribuna se me ha ordenado: Ser firmes hasta el final de los tiempos". Irvin se sobresalta: "Entonces, ¿vamos a luchar contra ellos?" Le explica: "¡No! De eso se encargará su mismo dios. A nosotros nos corresponde preparar su llegada".


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