Del Archivo

de Merlín

 


Merlín se encuentra caminando por el lado occidental del monasterio y fija al Oriente su mirada extasiada por los primeros rayos del Sol de la mañana. El viento del Norte mueve los árboles del bosque y suaviza su fuerza al llegar a los aposentos de la Hermandad de los Bardos, como empieza a ser llamada por la voz popular.

Los jóvenes Aprendices, al llegar al Templo, se acomodan presurosos pero en orden y en silencio, para así, recibir una lección más sobre el Misterio de la vida del Hombre.

El Maestro da el tiempo necesario para que todos estén dispuestos en su lugar y así, entonces, comienza: "Hoy, Hermanos, continuamos con nuestra Enseñanza a la que debemos de reconocer como el Despertar del Espíritu".

Prosigue: "Deben de recordar que esta Enseñanza es la práctica del Amor y el Perdón y todo aquel que es fiel a ella, podrá disfrutar de los Poderes del Espíritu y de la Fuerza del Amor Divino. Como ustedes ya saben, todos tenemos virtudes y que debemos de perfeccionarlas. ¿Pero, cómo vamos a poder lograrlo?"

Guarda nos instantes de silencio y dice: "Siempre mis Hermanos, con Amor. El Amor, mis Queridos Hermanos, es una Fuerza de entrega incondicional y que se manifiesta con gozo en el corazón."

Explica que existen falsos conceptos sobre el amor. Uno de ellos es que más vale ser amado que amar. "Esto es una manifestación de miedo a la frustración, porque no se puede decir que se recibe el amor sin estar amando. Así que deben de tener cuidado siempre de su interior."

Reflexiona que "la naturaleza de nuestro Ser Interno es siempre tendenciosa sobre todo lo negativo, porque el amor así mismo no es sano". Añade: "Cuando se camina por el sendero del Espíritu, el Amor es una de las manifestaciones más anhelada porque con él se logra el equilibrio del alma."

Les señala: "Ustedes que son Mente, deben de lograr conectarse con el corazón y luchar porque la Mente sea sostenida por el Amor ya que este logro les llevará, mis Hermanos, ha trascender de una muerte física."

Hay razón si se considera que "el Espíritu podrá manifestarse con mayor facilidad. En todas las actividades que participen, siempre busquen entregarse con Amor. Ahora, vamos a trabajar con la columna vertebral".

Merlín les solicita a sus Aprendices que descubran un poco su espalda para que así puedan trabajar unos con otros. "Ahora van a colocar el dedo medio y el dedo índice entre la columna vertebral del compañero que se encuentra al lado, y van presionando con firmeza cada una de las vértebras".

Advierte que si se sienten nervios abultados "soban únicamente presionando en el sitio en donde se localicen para ayudar a desbloquear. Toda la información que reciben para el Despertar del Espíritu, deben de irla guardando en su corazón para llevarla a la práctica".

El Iniciado explica que "cuando una persona construye una forma de pensamiento, lo hace siempre con la Mente sin tomar en cuenta al corazón y con la esperanza de que éste se realice. Cuando lo hacen conectándose con el corazón, descubrirán mis Hermanos que éste se manifiesta con mayor prontitud."

Observa a los adeptos y expresa: "Si ya han desplazado sus dedos por toda la columna y no hubo ningún obstáculo, ponen las palmas de sus manos sobre la espalda y como si fueran friccionando de arriba hacia abajo, sin tocar el cuerpo, es un movimiento lento y suave, para que así su campo dimensional también se vea favorecido por la energía."

Indica que en las zonas en las que "hayan detectado dolor, pueden aplicar un pequeño cuarzo, pegándolo con la cinta adhesiva para piel y se va a dejar ahí por siete días. Con esto, vamos a ayudar a equilibra energías negativas y positivas y notarán cambios favorables y lo pueden repetir cuantas veces sean necesarias."

Ahora, les indica Merlín que descansen y cubran su espalda los Hermanos. Esta Enseñanza es muy sencilla: Si cuando presionamos cerramos los ojos y respiramos profundo, podremos hacerlo más exacto, porque no solamente el tacto nos estará guiando sino también los sentidos astrales. ¡No dejen de practicarlo!

En eso, tocan al salón de trabajos, y una voz masculina solicita permiso para entrar. Es Urbin que viene buscando a Merlín: "Disculpe que lo moleste, Maestro, pero mensajeros del Rey Arturo han llegado avisando que Su Majestad se acerca."

Merlín, tranquilamente le responde que en cuanto él termine de dar la lección del día, irá a recibirle. Urbin responde: "Como usted indique, Maestro."

El Iniciado se dirige a los discípulos: "Las jerarquías del mundo distan mucho de las jerarquías del Padre. Los Maestros Ascendidos, mientras más alto sea su nivel más humildes y más cerca de nosotros se encuentran". Un joven pregunta: "¿Cómo es eso, Maestro? ¡Yo creía que era lo contrario!"

Le mira el Iniciado y le dice: "No es así, mi Querido Hermano. Los Servidores de la Luz Universal, para tener un contacto con nosotros, deben de ser de un alto nivel espiritual porque las Fuerzas de cargas negativas nuestras, son muy fuertes y podemos contaminarlos fácilmente, así que imagínese, si el Hermano de jerarquía menor se acerca a nosotros se expone a ser contaminado por nuestras emociones."

Precisa: "¡Claro que para tener comunicación con ellos, nuestro corazón debe de ser limpio y sincero! De otra manera no se acercan."

El joven le pregunta: "Y, entonces, Maestro, ¿qué hay de aquellos que dicen hablar con seres superiores a nosotros? Yo conocí a una persona que se comunicaba con espíritus y era una persona con mucho resentimiento. ¿Ahí, cómo es que se acercaron a ella?"

Merlín expresa: "Bueno, deben de recordar que esta no es su única vida y que efectivamente puede estar hablando con seres superiores porque se lo ha ganado por el pasado. Se debe tener mucho cuidado con esto porque ¿cómo esta persona puede asegurar que son seres superiores con los que habla? No puedes darle crédito fácilmente."

Responde el joven inquieto: "Pues este ser superior le concedía todo a esta persona. ¡Todo lo que le pedía se lo concedía! Alguien así, no puede ser malo."

El Iniciado ataja: "Bueno, tú has dicho que todo se lo concedía, pero ese todo no sabemos si era bueno o era malo." El adepto defiende su posición: "Esa persona me decía que en una ocasión ese ser superior le dijo que Dios también estaba en la obscuridad y que ahí también alumbraba. ¿Cómo es eso posible, Maestro?"

El Iniciado respira profundamente y le mira para explicar: "Un ser superior reconoce y sabe que Dios está en todas partes pero se manifiesta únicamente con la Fuerza del Amor, así que también es cierto que en la obscuridad puede encontrarse pero a condición de que el ser que le busca haga efectivamente un acto de reconciliación para solicitar el perdón de Dios y es en ese momento en que se sale de la obscuridad."

Abunda: "Por ello es que los seres que han trascendido al servicio de Dios son muy elevados y con su sola presencia se siente el amor hacia ellos y la protección que otorgan."

Merlín, después de esta explicación se despide de los jóvenes para ir al encuentro del Rey Arturo.

Al llegar el Mago con su Majestad, se dan un abrazo muy caluroso y el Monarca le pregunta: "¿Qué he hecho de mi reino? ¿Cómo permití que lo destruyeran? Siento profundo pesar por verlo en la ruina y vengo a pedirte ayuda para sacarlo de este encantamiento maligno."

Merlín le responde: "Tengo entendido que el Rey Arturo decidió convertirse en cristiano y que no le está permitido venirme a ver, entendiendo que usted está escogiendo por su libre albedrío".

Dice el Monarca. "Yo he sido leal a mis Principios, pero la gente de mi entorno se aferra a destruirme y es por eso que he venido a buscarte hasta acá para pedirte ayuda, el reino está en la ruina, la gente muere de hambre y yo estoy enfermo, postrado en espera de que Dios me reconozca".

Merlín siente profundo amor por su amigo y Rey: "La ambición no fue sana, es por eso que no encontraste el Santo Grial. Te dejaste llevar por el deseo de la fama y no por el del bienestar del Monarca."

Concede el Rey: "Cierto es lo que dice mi buen amigo Merlín, pero necesito de tu ayuda. El servicio a Dios no mira si es amigo o enemigo y no se entrega selectivamente. ¿Por qué tú, no solamente te niegas al Rey sino al Hermano que muere de hambre".

En silencio, Merlín escucha estos comentarios. Las consecuencias del Rey las estaban pagando los aldeanos y pregunta: "¿Y qué es lo que quiere el Rey que haga por él?"

Arturo respira profundo. Sabe que su Hermano no le abandonará en este momento crítico y exclama: "¡Ayúdame a salvar al reino!" El Iniciado acepta: "¡Está bien! Te voy a ayudar. Será una tarea larga y difícil que requiere de Fe y aplicación."

Merlín sabe que una forma de ayudarse para detener la ruina, incluso en nuestro presente, es: Usando lociones de siete machos, tabaco y frutas verdes que se mezclan en agua y se rocían por toda la casa antes de limpiar. Se deja secar y luego se barre y posteriormente se trapea con agua pura. Luego se coloca incienso de gardenia por toda la casa.

En el centro de la casa se colocan tres vasos desechables con la mitad de sal y la mitad de agua. Así se dejan las sales durante un mes y se tiran en un crucero. Se repite en tres ocasiones sin interrumpirlo por sentir una mejoría. No olvide que debe de limpiar diariamente su hogar.

Se prepara canela, café y azúcar, que se hierve con agua y antes de bañarse se moja el cuerpo con esta solución. Con jabón de coco se lava el cuerpo. Al final, pasa tres limones por el cuerpo mojado, los parte en cuatro, se les hecha sal encima y se avientan fuera de la casa. Se hace diariamente durante tres meses. Con Fe, los resultados son notorios.


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