Del Archivo

de Merlín

 


Por Mario Luis ALTUZAR SUAREZ

* El Alma Atormentada por su Agonía

* Es la Presencia Divina la que se Acerca

"¡Conócete a ti mismo!", escucha Merlín en su acostumbrada meditación matutina. Reflexiona que uno de los Principios de la Enseñanza, es el constante trabajo de descubrirse asimismo para ayudar a la unificación del pensamiento, sentimiento y acción que logre la modificación de las emociones con relación a la percepción de lo que se manifiesta en el entorno.

El eterno aprendiz, piensa el Iniciado, con humildad se entrega en cada momento y en cada una de sus acciones, a este Principio de la Enseñanza que por su sencillez, pareciera que todos la entienden y sobre todo que la practican, por su aparente facilidad para mostrar hacia el exterior cuando es en la honestidad y transparencia del interior en donde debe aplicarse.

Resume, entonces, que la manifestación de los cambios energéticos en el organismo por el proceso de la transmutación del alma, llegan a reflejar lo contrario: "Es por ello que los obstáculos que se presentan para los discípulos, primeramente, es creer que la soberbia se ha vencido, que los miedos se han disipado y que lo que piensan o sienten es la verdad".

Detecta el riesgo real: "En el entusiasmo de lograr el avance en el Sendero de la Luz, se puede crear una verdad interna que se ajuste a las ambiciones propias del adepto en la trampa del inconsciente para encubrir los miedos y las angustias generadas por la frustración acumulada en el transcurso de su vida".

Merlín reflexiona: "Cuando un discípulo va rompiendo con los códigos negativos del alma, en el ejercicio de Mente- Traducción- Consciencia, puede llegar a sentir dolores físicos como inflamación de las terminales nerviosas, mareos, nauseas, sueño, cansancio y hasta disgusto que inducen a renunciar en ese momento al ejercicio".

La causa que diagnóstica el Iniciado es: " Uno de los primeros errores es la falta de comprensión de los efectos que el alma expresa ante estas sensaciones. ¡El alma defiende su costumbre de gobernar al cuerpo por medio de las emociones y repercute en las manifestaciones corporales para desviar la intensión del adepto para que gobierne la Mente!"

Así se explica que la sensibilidad de las terminales nerviosas se dan por la relajación de los discos de la columna vertebral que se había mantenido estresada por los nervios de la angustia, la intolerancia, el disgusto, la insatisfacción y las incapacidades ante los problemas que pudieron presentarse en el transcurso de la vida del discípulo.

Considera, entonces, que estos efectos son normales porque aumenta la sensibilidad con el entorno pero al mismo tiempo es una forma de expresión del alma ante los miedos.

Merlín entiende que el sueño y el cansancio son provocados por el virus de la amnesia que provoca el rechazo al Despertar del Espíritu. "Este virus es uno de los grandes dogmas que debe vencer el discípulo para recordar sus vidas pasadas y al conjuntarlas, adquirir la sabiduría de su Espíritu. El alma busca renunciar, de alguna manera, a su Despertar, porque el virus se activa en todas aquellas personas que se encuentran en la búsqueda de la Verdad".

Y si las nauseas son provocadas por la purificación del organismo y es un claro reflejo del rechazo a emociones que ya se han logrado superar y que la Mente ya no permite que el alma las retome, la soberbia, en tanto, es la lucha constante que sostiene el alma contra la Mente para no ser gobernada por la razón, por lo que justifica en la superficialidad de los eventos, las reacciones adversas que pudiera estar sufriendo el cuerpo.

El Iniciado comprende que el alma en su afán de mantenerse en el gobierno del cuerpo, confunde al discípulo con interferencias en su Mente, por lo que el adepto debe de estar alerta de no creer en las primeras ideas que lleguen a su ser sino penetrar hasta la traducción correcta que provoque el descanso del cuerpo.

"Cierto es que esto provoca dolores, sobre todo, en nuca, sienes, pecho, cintura y píes, porque la Mente que se está abriendo en su posición Diamante, va gobernando y purificando lo que el alma contaminó", señala con satisfacción el Iniciado.

Merlín en su anhelo de que todos lleguen a la Presencia Divina, trata con detenimiento este tipo de rebeldías del alma. Concluye su meditación y sale en busca de los Queridos Hermanos que ya le esperan con gozo en su corazón, para iniciar los trabajos del día.

Ernest, uno de sus discípulos con gran potencial espiritual, es el que le preocupa al Maestro porque no logra soltarse y está siendo muy atormentado por su alma. ¡El ser comprensivo no ha sido suficiente! Demostrarle el amor y la entrega, tampoco ha servido.

La rebeldía que presenta para doblegarse asimismo, le está costando al discípulo tropiezos con él mismo, dudas y desánimo que amenazan con hacerle renunciar a la Enseñanza.

Merlín puede ver ese espíritu gigantesco y se pregunta: "¿Pero acaso tenía que ser un alma de menor fuerza que su Espíritu? ¡Sólo la Fe en su Espíritu me hace tener la confianza de que logrará vencerlo!"

El Maestro Ralph, que se han mantenido cerca de este joven, antes de reunirse con la Hermandad le comenta a Merlín: "Venerable Maestro, creo que debemos de buscar algo que alimente la Fe de nuestro Querido Hermano Ernest para que no pierda la fuerza y pueda vencerse asimismo. ¡Es una lucha intensa! Y por ello exige de nuestro auxilio".

Merlín concede la razón al Maestro Ralph y señala: "La Enseñanza misma es alimento, pero su alma es muy soberbia y le está costando trabajo ¡perdonarse asimismo! Hay que tomar en cuenta que para nosotros es un joven discípulo, pero la trayectoria de su vida, en edad, ya es madura".

Indica: "Es por eso que creo que se le dificulta aceptar que él es responsable de sus fracasos. Tuvo la gloria y el poder pero los dejó ir. Creyó que serían por siempre y no tomó en cuenta que el tiempo pasa y cobra los errores. Los resentimientos hacia aquellos con los que convivió aún no los ha logrado romper y los descarga en nuestros Hermanos sin darse cuenta".

"¡Eso es lo que me preocupa!", dice rápidamente el Maestro Ralph: "Me preocupa mucho que pueda sembrar resentimiento en los Hermanos que, al igual que él, están aprendiendo a amar y a perdonar, pero ¿cuánto pueden tolerar los demás Hermanos? Aún son pequeños todos y debemos de procurarlos a todos".

Apunta: "Debemos de encontrar de alguna manera que acepten, sobre todo él, que sus errores ya no deben de repercutir en su presente. ¡Qué ya son otros en forma y pensamiento, de acción y sentir! Ya no son los mismos de ayer porque hoy son diferentes al haberse aceptado como Hijos del Padre Creador de los Universos. ¡Se reconocen como Hijos de Dios!"

Merlín le responde: "¡Tienes razón, mi Querido Hermano! Ante todo, para nosotros, verlos crecer en el Espíritu es nuestra mayor alegría. No desanimarnos, darles amor para ayudarles a salir de la obscuridad. Todo puede pasar menos que nos demos por vencidos. ¡Vayamos, Hermano, a reunirlos a todos y comencemos a trabajar con ellos!"

En la confianza del Poder de la Divina Presencia del Amor Divino en sus discípulos, Merlín hace que su lucha sea incansable y ya estando reunidos, comienza a hablar a sus discípulos:

"Hermanos míos, lo más grato para mí es verlos a ustedes en armonía y hoy, en esta Gracia plena practicaremos la Divina Presencia en cada uno de nosotros, así que cerremos los ojos y respiremos tres veces, llenos de gozo y alegría, unificando el ser: Cuerpo- Alma- Espíritu, unificados en Mente- Corazón- Consciencia a la Unidad de la Divina Presencia: Mente- Consciencia- Espíritu Santo".

Prosigue: "Respirando profundo y ahora, repiten tres veces: Mente- Consciencia- Espíritu Santo. Respiran profundo y al exhalar se confirman así mismos diciendo: ¡Yo Soy!"

Señala: "Repetiremos esta acción hasta sentir que el campo de energía interno se va unificando con el campo externo. Podemos llegar a experimentar la sensación de que estamos o muy gigantes o muy pequeños, que son los efectos del campo energético. ¡Lo importante es llegar a unificarnos en una sola Presencia un solo Poder! El Poder de Dios en nosotros mismos".

Espera unos instantes y añade: "Una vez que hemos llegado a este punto, repetiremos: Yo Soy en mí la Divina Presencia de Dios Padre- Dios Hijo- Dios Espíritu Santo, dejando fluir la confianza en el Poder de Dios y nos dará la respuesta de lo que atormenta a nuestra alma y obstaculiza al Espíritu".

Explica que este ensayo "nos permite la comunicación con la Consciencia que es la voz del Espíritu y nos ayudará a reflexionar sobre nuestras emociones, las apacientará y nos liberará de los efectos reflejos del alma sobre el cuerpo".

Merlín siente como en el ambiente de sus discípulos van logrando ese estadío de la Presencia Divina. Sabe que los riesgos a la renuncia del Despertar, aún son latentes, ¡qué debe de amar más a sus discípulos!, para que puedan cumplir con el objetivo esencial de su misión de conductor y guía: Alcanzar el Despertar del Espíritu de todos y cada uno de los Hermanos.

Una tarea que para Merlín, un Iniciado, no es única y exclusivamente para esta época sino también en los tiempos futuros porque trascender en la línea del tiempo del Padre Creador de los Universos es para él, cumplir con su servicio que aceptó por libre y espontánea voluntad para auxiliar al ser humano en el Despertar del Espíritu.

La misión de La Gran Hermandad Universal es hacer que los seres humanos sean verdaderos Hijos de Dios y él, Merlín, está al servicio de esta Hermandad.

Los riesgos son grandes, por las renuncias que se generan en el proceso y pocos son los que se eligen para lograrlo. "Muchos buscarán el Despertar pero pocos lo lograrán", piensa Merlín y confirma que con uno que lo logre, "habré logrado cumplir con mi misión".

Recuerda que en un ejercicio con su amado Maestro Hebert, observó con profunda preocupación la realidad virtual en que la obscuridad esclavizaría al ser humano, convirtiendo las virtudes en vicios y los vicios en virtudes con la promesa de entregarle el poder superficial y temporal en la satisfacción de las pasiones y los falsos placeres.

En ese viaje a través del tiempo futuro, los hombres cabizbajos y entristecidos mostraban un color grisáceo en su piel y disminuida su aura por la constante violación de su intimidad por ondas hertzianas que le imponían un modelo de conducta sustentado en la envidia y las falsas necesidades de confort material que le impidieran buscar a su Espíritu y lo alejaran de Dios.

Una época de confusión y angustia que ¡está presente! Y los Grandes Maestros de la Gran Hermandad Universal te invitan, Hermano, a que seas un Elegido de Dios y despiertes en el Espíritu. ¡No es poder mental! Es el Poder de la Consciencia en su verdadera manifestación espiritual del concepto Divino de la Presencia Dios en Mí, llevarlo a la práctica y fundirlo en tu Mente. Es hoy, una exigencia ante la gran discapacidad de consciencia que se está generando en la juventud, con toda la tecnología moderna que desvía el pensamiento de la Verdad hacia un pensamiento Virtual.

Un falso Poder y una alma vacía, son la oferta de esa realidad virtual que busca someter en el conformismo del convencionalismo social con los sofismas materiales distanciados de la espiritualidad, separando a la ciencia de lo místico y ocultando que existe una necesaria complementariedad en la vida de los seres humanos.

No se trata de irnos a una guerra política ni religiosa, que históricamente se ha comprobado que encubren las ambiciones de grupos para adjudicarse el poder material y superficial. Tampoco se busca formar sectas nuevas que pierden al Hombre. ¡Es la liberación del Hijo de Dios! Es hoy una guerra de mentes contra mentes y el estar preparados a tiempo, nos ayudará a enfrentar la era apocalíptica que vio Merlín desde el siglo VI.

Muchos de los practicantes lo saben y el temor a los círculos concéntricos del poder, los mantiene callados para no provocar la ira de los intereses imperiales. Todo es una red que envuelve al mundo y no tarda en desplomarse en nuestras mentes, sin que nos demos cuenta. Empero, escrito está que la Duodécima Raza buscará religarse con su Padre Creador.


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